Según la comunidad científica y médica, situaciones de crisis como la que vivimos ahora con la pandemia global del COVID19, están conectadas con otras cuestiones de base como el cambio climático, la contaminación del aire o la pérdida de la biodiversidad.

La ONU ya alertó hace unas semanas que el cambio climático será, a la larga, mucho más mortal que el Coronavirus. Frente a las más de 119.000 muertes que ha provocado este desconocido virus que se originó en la provincia de Wuhan, la OMS presenta otro dato igual de preocupante: Entre 2030 y 2050 cada año morirán 250.000 personas adicionales a causa del cambio climático.

La relación entre proliferación de virus y cambio climático

La comunidad científica se ha empezado a cuestionar estos días, si la rápida propagación de esta enfermedad ha tenido algo que ver con el cambio climático. Aunque no existe ninguna evidencia que lo confirme, todo apunta a que el calentamiento global favorece el desarrollo de las enfermedades epidémicas y contagiosas.

Desde Atmos Research-Consulting, centro de investigación sobre cambio climático aseguran que algunas enfermedades como el Zika, que se transmiten vía animal en mosquitos y garrapatas podrían aumentar su ratio de propagación a causa de la subida de la temperatura planetaria. En el caso de COVID, sin embargo, Katharine Hayhoe, CEO del centro asegura que “son los humanos quienes transmiten el Covid-19, por lo que el cambio climático no está afectando significativamente a la propagación de la enfermedad”.

El Ébola, el VIH, la Gripe avial e incluso el COVID19 son consecuencias indirectas de la acción humana en el medio ambiente

Otras ONGS como WWF también han hablado sobre la relación entre la reproducción de virus y el cambio climático haciendo alusión al vínculo entre las enfermedades que aterrorizan el planeta y la pérdida de la biodiversidad. Algunas enfermedades emergentes como el Ébola, el VIH, la gripe aviar e incluso el COVID19, no son aleatorias, son consecuencia indirecta del impacto del ser humano en ecosistemas naturales.

La evidencia más clara y que establece un amplio consenso entre la comunidad científica es que el aumento de la temperatura de la Tierra, consecuencia directa del cambio climático, favorece la replicación de los virus así como la creación de condiciones óptimas para que se reproduzcan y viajen. En temperaturas alrededor de 28 o 29 grados el virus trabaja y se multiplica de una forma sobresaliente.

El número de casos de dengue se ha multiplicado desde 1950

Este es el caso de la enfermedad del dengue. Este virus que se transmite a través de los mosquitos se ha multiplicado exponencialmente desde 1950, cuando empezó a producirse el incremento de las temperaturas a causa de la explotación de los combustibles fósiles.

El año pasado, los casos de esta enfermedad que afecta en mayor medida a la población infantil y que tiene una tasa de mortalidad del 2,5%, se vieron ampliamente incrementados. Según la AMSE (Asociación de médicos de exterior), se estima que anualmente unas 975.000 personas mueren a causa del dengue.

Los científicos también han mostrado preocupación ante la proliferación de los virus a manos de las aves, cuyos ciclos migratorios se han visto ampliamente afectados por el cambio climático. Los pájaros pueden actuar como vehículos y transportar el virus a regiones o zonas totalmente nuevas. Localizaciones donde quizá, por condiciones socio-económicas precarias, la mortalidad puede ser incluso más elevada.

La gran paradoja: Las medidas restrictivas del COVID19 mejoran la salud de nuestro planeta

Paradójicamente, la proliferación del Coronavirus está teniendo un impacto positivo sobre el medio ambiente. Las medidas de confinamiento y el cese parcial de la economía decretados por los diferentes gobiernos estatales han reducido los niveles de contaminación del aire y prometen haber supuesto una importante reducción de emisiones.

Tanto que, solamente en China -el país que más CO2 emite a nivel mundial-, durante el mes de estado de alarma se consiguió evitar la emisión de hasta 200 millones de toneladas de CO2. Los expertos aseguran que esto se traduce en una reducción del 6% de las emisiones mundiales durante ese período.

Tanto que, solamente en China -el país que más CO2 emite a nivel mundial-, durante el mes de estado de alarma se consiguió evitar la emisión de hasta 200 millones de toneladas de CO2. Los expertos aseguran que esto se traduce en una reducción del 6% de las emisiones mundiales durante ese período.

Aunque no existen evidencias científicas suficientemente contundentes para afirmar que el cambio climático ha tenido algo que ver en la proliferación del COVID19, los expertos afirman que el calentamiento global es un factor de riesgo para la propagación de muchos otros tipos de virus.

La necesidad de ser ZEO -cero emisiones- a nivel global se convierte, por lo tanto, en una urgencia. Si hacemos frente al cambio climático evitamos futuras pandemias. Si cuidamos la salud de la Tierra, cuidamos nuestra salud.

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