Las imágenes de tortugas marinas nadando entre envases y botellas, o las de barqueros navegando en toneladas de plástico, están dando la vuelta al mundo cambiando conciencias. Nadie puede negar que el plástico es uno de los mayores problemas del siglo XXI y una de las causas del cambio climático. Solucionar este problema es una de las medidas ZEO -cero emisiones-, que pueden ayudar a cumplir los objetivos del Acuerdo de París establecidos por la UE.
Cada año generamos más de 100 millones de toneladas de plásticos, la mayoría de estos, acaban en los mares formando el 80% de la basura marina. Son residuos que tardarán un mínimo de 300 años en desaparecer. Pese a que los científicos ambientales llevan tiempo advirtiendo del problema de consumir y desechar plásticos masivamente, sólo hace poco más de una década que la sociedad empezó a reciclar.
Aún así, la tasa de reciclaje actual no es suficiente para conseguir una sociedad ZEO. En Europa, solo un 40% de la sociedad recicla de manera voluntaria. Y solo un 25% del plástico que reciclamos acaba recuperándose. No es de extrañar que las diferentes administraciones establezcan algunos mecanismos para disminuir el consumo de plásticos e incentivar el reciclaje.
Al principio fueron medidas en negativo, cómo cobrar las bolsas de plástico o imponer sanciones por tirar basura fuera de sus respectivos contenedores y horarios establecidos. Ahora la medida es en positivo: Ya hay 5 ciudades que permiten pagar el billete de transporte público con envases o botellas de plástico.
Algunas ciudades ya permiten pagar el billete de tren con botellas de plástico
En Sidney, Australia, la compañía líder en innovaciones tecnológicas para el reciclaje Envirobank puso en marcha un proyecto para poder pagar los billetes de transporte público con envases o botellas de plástico. Ahora mismo hay repartidas en Sidney, más de 500 máquinas de recogida de botellas que dan dinero para el transporte público.
Desde abril de 2018, los viajeros indonesios de la ciudad de Suravaya pueden pagar su ticket de transporte depositando al entrar en el mismo autobús, un envase vacío.
En la ciudad indonesia de Suravaya intercambian botellas de plástico por un viaje en el mismo autobús
En Indonesia es posible intercambiar 5 botellas o 20 vasos de usar y tirar por un ticket de transporte público de dos horas de duración. Los autobuses indonesios de esta ciudad están preparados para recoger unos 250 kilos de botellas de plástico al día, aproximadamente 7,5 toneladas de plástico al mes. Se trata de una acción muy ZEO, ya que gracias a esta iniciativa, Indonesia evita cada mes unos 26.000 kg de CO2 a la atmósfera.
En Turquía, el tercer país productor de residuos a nivel mundial, la iniciativa #zerowaste es aún más sofisticada. Desde setiembre de 2018 está en marcha en Estambul el programa Smart Mobile Waste Transfer Centers. Esta instalación incluye máquinas de recogida que escanean y asignan un valor económico a cada residuo entregado. Una botella de plástico de medio litro vale lo equivalente a 0,014 euros, mientras que una lata vale 0,003. Para obtener un ticket gratuito es necesario llevar a este Centro de Reciclaje unas 28 latas de refresco.
En la ciudad de Pekín ya llevan casi 8 años con este sistema. Desde 2012 los ciudadanos intercambian botellas y envases -por los que reciben entre 5 y 10 céntimos de yen-, por billetes de transporte público, que cuestan entre tres y 10 yenes según el viaje. La iniciativa pekinesa permite también gastar el crédito conseguido con el intercambio, en llamadas telefónicas. Pese a las buenas intenciones de este proyecto, este sistema ha sido criticado por el movimiento ecologista, por tener efectos negativos para los ciudadanos pekineses.
Y es que pese a que la ciudad tiene unos elevados niveles de contaminación atmosférica, su tasa de recuperación de botellas es del 90%. Se estima que hasta 500.000 ciudadanos pekineses dependen de los ingresos obtenidos con la recolección de botellas. Esta iniciativa de reciclaje se ha convertido para la sociedad china, en un trabajo recurrente que deben ejercer los ciudadanos para sobrevivir; No está funcionando como un mecanismo real de sensibilización.
La última ciudad que se ha sumado a esta moda tan ZEO, es Medellín (Colombia). En abril ya llevaban casi 2,5 millones de envases recuperados con la iniciativa Recarga Verde, unos 57.000 tickets comprados a través de este sistema. Unos jóvenes colombianos sacaron adelante esta iniciativa que quiere aumentar la tasa de reciclaje del país latino -que está ahora en apenas un 25%-.
Las ciudades cada vez se vuelven más smart, intentando aprovechar al máximo la inversión de sus recursos a favor del medio ambiente. Con esta iniciativa no solamente se consigue fomentar el reciclaje sino que se fomenta también el uso del transporte público, una medida que conseguirá un transporte más ZEO en estas grandes urbes.
La UNESCO alerta de las emisiones que producen los plásticos al degradarse
El impacto ambiental que menos se tiene en cuenta de los plásticos es su huella de carbono. La mayoría de plásticos se sintetizan a partir de derivados del petróleo, el peor enemigo del cambio climático, generando altos niveles de carbono para su producción. Si por cada kilo de plástico se generan 3,5 kilos de CO2, es devastador pensar en las emisiones de CO2 que acompañan los 8 mil millones de toneladas de plástico que hemos generado desde 1950.
Además, según los últimos informes de la UNESCO, el plástico no solo genera emisiones al producirse, sino también al descomponerse. Los plásticos emiten trazas de metano y etileno, Gases de Efecto Invernadero (GEI) al degradarse con altos niveles de luz solar.
Fuente EL PAÍS
PlataformaZEO cuenta con la colaboración de periodistas y expertos ambientales que trabajan cada día para ayudaros a estar más informados del cambio climático y el calentamiento global
Cargando…
