¿Cómo afecta el cambio climático a la salud mental?

Desde tiempos inmemoriales, múltiples estudios han demostrado la relación entre la salud y el entorno que nos rodea. La salud del ser humano no está únicamente determinada por la asistencia sanitaria o los factores genéticos. El medio ambiente, la naturaleza o el contexto socioeconómico que vivimos, influyen en la salud y el bienestar de las personas.

El aire que nos envuelve, los alimentos que ingerimos, el agua que bebemos e incluso los animales que cohabitan con nosotros en la Tierra pueden afectar a nuestra salud.

Ahora, además de todos estos estudios dirigidos a demostrar la sinergia entre salud y naturaleza, llega otra nueva pregunta, ¿cómo afecta el cambio climático a nuestra salud?

Debido al cambio climático, el medio ambiente, los ecosistemas y la naturaleza que nos rodea se están volviendo cada vez más hostiles para la vida en la Tierra. La emergencia climática supone, sin duda, una emergencia para la salud de la población.

De hecho, el 5 de septiembre de 2021, 220 revistas científicas de todo el mundo publicaron una editorial conjunta para alertar de que el cambio climático se ha convertido en la principal amenaza para la salud mundial.

El aumento de las temperaturas provocado por las emisiones de CO2 de origen antropogénico, es decir, generadas por el ser humano, ha hecho que suframos impactos directos e indirectos en la salud.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los impactos directos del cambio climático serían los causados por fenómenos como, por ejemplo, las olas de calor, las sequías, los huracanes, las inundaciones, etc.

Más de 600.000 muertes en diez años debido a los fenómenos climáticos extremos

En este caso, son los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los que aseguran que en la década de los 90 se produjeron más de 600.000 muertes en todo el Planeta causada por este tipo de desastres.

Además de los impactos directos, la sociedad también debe hacer frente a los impactos indirectos causados por el cambio climático.

Entre ellos, la OMS pone especial atención a las enfermedades respiratorias y alérgenos. Debido a la elevada huella de carbono generada por la humanidad, estamos agravando enfermedades congénitas como el asma y aumentando los niveles de mortalidad de otras enfermedades respiratorias o cardiopulmonares.

Además, el aumento de la temperatura de la Tierra ha propiciado el campo de cultivo perfecto para que proliferen las enfermedades transmitidas por los alimentos. También las transmitidas por el agua, como el cólera, la diarrea o la esquistosomiasis, y las enfermedades transmitidas por vectores, como, por ejemplo, la COVID-19 o el virus Zyka.

Solamente debemos poner atención en los datos recogidos en el informe DKV sobre “Cambio Climático y Salud”. De no lograr combatir el calentamiento global del Planeta, se estima que el número adicional de personas infectadas de malaria durante todo el año en América del Sur subirá de 25 millones en 2020, a 50 millones hacia el 2080.

El impacto del cambio climático en la sociedad

Encontramos efectos indirectos del cambio climático reflejados en los sistemas socioeconómicos. Algunos ejemplos de ello son la inseguridad alimentaria, el desabastecimiento de agua o la desnutrición, pero también la disminución de la capacidad laboral, el mayor riesgo de exclusión para los colectivos vulnerables y un aumento de las migraciones climáticas -con todas las afectaciones a la salud y la calidad de vida que conllevan para los migrantes-.

Finalmente, la OPS hace referencia como impactos indirectos, a un aumento de las enfermedades mentales y del estrés, tanto para los que padecían una enfermedad mental como por el hecho de contraerla. El cambio climático aumenta la angustia reactiva, la depresión y las psicopatías complejas en la población.

Existe una compleja red de relaciones entre Salud y el cambio climático. Y teniendo en cuenta la actual situación de la atención psicológica en el mundo y concretamente en España, el impacto del cambio climático en la salud mental podría ser realmente elevado.

Además, todos los impactos indirectos del cambio climático relacionados con la economía y el estado de bienestar pueden llegar a provocar un aumento de la tasa de suicidios.

De hecho, un estudio realizado por expertos de la Universidad de Stanford en 2018, demostró que uno de los efectos colaterales del cambio climático sería un incremento de la tasa de suicidios.

El aumento de las temperaturas podría provocar un incremento de la tasa de suicidios

Según los datos de la investigación, si el calentamiento global de la Tierra sigue creciendo, en 2050 la tasa de suicidios podría aumentar hasta un 1,4% en los EE.UU. y un 2,3% en México. Los autores estimaron que un cambio climático incontrolado podría generar de 9.000 a 40.000 suicidios adicionales en estos dos países.

Tras la publicación del estudio, uno de sus co-autores, Solomon Hsiang, declaró a la revista Nature Climate Change:

“Hemos estado estudiando los efectos del calentamiento sobre el conflicto y la violencia durante años, descubriendo que las personas luchan más cuando hace calor. Ahora vemos que además de agredir a otros, si el cambio climático sigue, algunas personas también se dañan a sí mismas. Parece que el calor afecta profundamente a la mente humana y cómo decidimos infligir daño”.

La investigación trataba de mostrar que el aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático, puede incrementar el riesgo de que una persona decida hacerse daño a sí misma.

El cambio climático: Un agravante para la situación de la salud mental en España

Se estima que en todo el mundo hay cerca de 450 millones de personas que padecen algún tipo de trastorno mental o neurológico. Y sólo un tercio de todos ellos busca tratamiento.

En algunos países como España, la atención psicológica en la Sanidad Pública es un derecho, al menos, sobre el papel. Y es que actualmente la media europea de psicólogos clínicos es de 18 por cada 100.000 habitantes, mientras que en España la cifra es de 6. Sin lugar a dudas, se trata de una cifra muy por debajo de la media europea.

Además, debemos tener en cuenta que esta falta de psicólogos clínicos en la Sanidad Pública se ha visto agravada por la situación de pandemia y podría verse aun más perjudicada por la situación de emergencia climática.

La naturaleza como medicina para la Salud Mental

En los últimos años la interacción con la naturaleza se ha comenzado a reconocer como una forma para ayudar a mejorar la salud mental. La comunidad científica ha demostrado que las experiencias en la naturaleza facilitan el bienestar psicológico.

El informe “Prescribir naturaleza” impulsado por DKV Seguros en colaboración IS Global, habla sobre un término que explica esta relación simbiótica entre salud mental y naturaleza. El “exposoma” es la exposición de las personas al medio ambiente y sus respuestas biológicas desde su concepción hasta su muerte.

En este sentido, el informe recuerda que la prescripción de la naturaleza tiene un impacto positivo en la economía del país, pues implica una reducción de los costes sanitarios.

Por otra parte, según Gregory Bratman, doctor de la Escuela de Medio Ambiente y Ciencias Forestales de la Universidad de Washington, “la experiencia con la naturaleza, se asocia con un aumento de felicidad, compromiso social, capacidad de gestión de las tareas y disminución de la angustia.

El contacto con la naturaleza activa la imaginación, la creatividad y el rendimiento escolar en los niños

Los expertos coinciden en que la naturaleza puede reducir los factores de riesgo en algunos tipos de enfermedades mentales y mejorar el bienestar psicológico, recoge la revista National Geographic. Aseguran que, debido al abandono del campo y el crecimiento urbano, las personas cada vez tienen menos oportunidades de vivir experiencias en la naturaleza, algo que puede perjudicar a su desarrollo cognitivo.

La experiencia en la naturaleza mejora la memoria y la capacidad de atención, la imaginación y la creatividad y el rendimiento escolar de los niños.