En las últimas dos semanas han tenido lugar dos fechas realmente importantes. Por una parte, el 31 de mayo tuvo lugar el Día Mundial sin Tabaco. Mientras que, por la otra, el 5 de junio celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente.

Desde la Plataforma ZEO queremos hacer hincapié en estas dos coincidencias para analizar cuál es el impacto ecológico del tabaco en el Planeta. Desde mediados de la década de los 90, diversas investigaciones y profesionales han demostrado lo perjudicial que es para la salud fumar cigarrillos.

Entre 1950 y 1960 llegaron los primeros estudios que argumentaron que el tabaco afectaba seriamente la salud. En los mismos se demostró que fumar era la causa directa de diferentes cánceres e infartos. Además, según el Instituto Nacional del Cáncer, el tabaco puede llegar a dañar casi cada órgano del cuerpo y disminuir la salud general de la persona.

Fumar causa cáncer de pulmón, de esófago, laringe, boca, garganta, riñón, vejiga, hígado, páncreas, estómago, cérvix o cuello uterino, colon y recto, así como también leucemia mieloide aguda. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el tabaco provoca alrededor de unos 8 millones de muertes anuales.

El impacto ecológico del tabaco

Actualmente, debido a la creciente preocupación por el cambio climático, cada vez están saliendo más estudios sobre el daño que provoca el tabaco en el medio ambiente.

En este sentido, la campaña y el nuevo informe de la OMS para el Día Mundial del Tabaco 2022 se han centrado en sensibilizar a la población sobre las desastrosas consecuencias ecológicas que tiene su producción, en vez de en su impacto en la salud.

Anualmente, se siembran alrededor de 7,5 millones de toneladas métricas de hoja de tabaco para abastecer la demanda mundial de este producto. Esto implica que cada año se destruyen entre 3,5 y 4,3 millones de hectáreas de suelo en 124 países.

Sólo un dato: para fabricar 300 cigarrillos se necesita aproximadamente un árbol entero, por lo que se estima que cada año 600 millones de árboles son talados en todo el mundo para fabricar cigarrillos. Todo ello sin contar con el papel extra que se requiere para la fabricación de las cajetillas.

El impacto social y medioambiental del tabaco

Siguiendo el lema de la campaña anti tabaco de la OMS de este 2022, “El tabaco, una amenaza para nuestro medio ambiente”, desde la Plataforma ZEO hemos analizado el impacto que tiene el tabaco en nuestra sociedad, tanto en las personas como en el cambio climático o los ecosistemas.

1. Deforestación

El cultivo de tabaco está favoreciendo la deforestación de los países en vías de desarrollo, donde se concentra la mayor producción de tabaco. En estas naciones el suelo está quedando tan deteriorado que dificulta el crecimiento posterior de otros cultivos o plantas.

Según la OMS, aunque estos países son los más afectados por el cultivo y la producción tabacalera, la mayoría de ganancias multimillonarias se reparten entre los países ricos.

Además, otro impacto del tabaco sobre la deforestación reside en el proceso de secado de las hojas de tabaco. Según el mismo informe, para secar estas hojas se utiliza madera como combustible. Concretamente, se emplea una media anual de 11,4 millones de toneladas de madera, que liberan todo el CO2 que han absorbido a lo largo de su vida.

2. Contaminación del agua

A nivel mundial, la escasez de agua supone un auténtico problema y un riesgo para los países en vías de desarrollo.

Debido al calentamiento global de la Tierra, han desaparecido algunos embalses, ríos o lagos naturales que abastecían de recursos hídricos a las personas de las comunidades rurales. Todo ello compromete el acceso al agua potable y, por lo tanto, supone un riesgo para la salud.

En el caso del tabaco, durante el periodo de cultivo, se vierten al suelo diferentes tipos de fertilizantes y substancias tóxicas que llegan a los torrentes acuáticos y los contaminan. Y es que la mayoría de plantaciones de tabaco se ubican cerca de ríos, para así aprovechar su agua para el cultivo.

Sin embargo, el simple hecho de que se encuentren tan cerca de los ríos, incrementa el riesgo de que estos sean contaminados debido a una mala gestión de los residuos o el uso de pesticidas.

3. Dióxido de carbono

Para poder frenar definitivamente el cambio climático es fundamental reducir las emisiones de CO2 y lograr una sociedad ZEO -cero emisiones-, para 2050.

En este sentido, se estima que la industria tabacalera emite aproximadamente 84 millones de toneladas anuales de CO2. Según la OMS, 225.000 son generadas directamente por el consumo de tabaco, mientras el resto son generadas debido a su producción, distribución y transporte.

En el primer caso, podríamos decir que el CO2 emitido directamente por los cigarrillos es equivalente a las emisiones producidas por 12.000 coches recorriendo 10.000 kilómetros cada uno.

Por lo tanto, podríamos decir que el tabaco también está contribuyendo al cambio climático y al calentamiento global de la Tierra.

4. Las colillas

¿Sabíais que tirar al suelo una colilla supone lanzar un residuo tóxico que puede contaminar 50 litros de agua?

Las colillas son una importante fuente de contaminación de los mares y de los océanos.

Pese a que en los últimos años se han activado diferentes sistemas de recogida de estos residuos tanto en las grandes ciudades como en las playas y los bosques, lo cierto es que en muchos sitios aún no se gestiona su eliminación como corresponde.

Se estima que hasta dos tercios de las colillas de tabaco acaban abandonadas libremente en el medio ambiente, en las calles y en los desagües, sin ningún tipo de tratamiento específico.

De hecho, gran parte de la población aún no sabe en qué contenedor se deberían depositar estos residuos, ni los ayuntamientos conocen la mejor forma de tratarlos.

5. Explotación infantil

La organización Human Rights Watch (HRW) ha demostrado que en la mayor parte de plantaciones tabacaleras se utilizan niños como mano de obra barata y no cualificada. De hecho, en algunos de los informes directamente aluden a la esclavitud infantil.

Al trabajar en las plantaciones de tabaco sin protección, estos niños se exponen a sufrir de graves intoxicaciones por nicotina. Al tocar las hojas de tabaco húmedas pueden llegar a contraer la “enfermedad del tabaco verde”. Además, la mayoría deben renunciar a la escolarización para poder realizar intensas jornadas de trabajo en los mismos.

A modo de conclusión, podríamos decir que la industria del tabaco es una de las únicas que comercializa con un producto que no solamente daña la salud de las personas, sino que es altamente contaminante para el medio ambiente.

Por este motivo, existen algunos lobbies que invierten grandes cantidades de dinero para esconder el perjurio real del tabaco en la Salud y su contribución al cambio climático.

Para conseguir una sociedad más ZEO y empezar a poner límites a esta producción y consumo, es fundamental que las empresas dedicadas a la venta y comercialización de tabaco informen con transparencia sobre el impacto real del tabaco en la salud y su huella ecológica.

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