Cada invierno, pensar en cómo climatizar nuestros hogares se convierte en una gran preocupación. No sólo porque para muchas familias supone un gasto económico extra, sino ahora más que nunca, por el medio ambiente.

Una de las medidas que podemos hacer a título personal para contribuir a la lucha contra el cambio climático y reducir emisiones, es climatizar nuestros hogares de una forma sostenible. Y es que se estima que las emisiones de CO2 generadas por el uso de la calefacción y el agua caliente sanitaria (ACS) en una vivienda de unos 100 m2 habitada por cuatro personas asciende a las 2 toneladas anuales de CO2. Esta cantidad es equivalente a la media de consumo que tiene un coche por cada 10.000 km.

El sector residencial es responsable del 8% de las emisiones de CO2 de España

El sector residencial acapara el 18% del consumo total de energía del país y es responsable del 8% de las emisiones de CO2. Este porcentaje asciende al 12% si también se tienen en cuenta los edificios comerciales e institucionales. 

La Directiva Europea de eficiencia energética impone que todos los edificios que se construyan a partir de 2020 deberán ser de consumo energético casi nulo. Aún así, las nuevas viviendas construidas con criterios bioclimáticos no compensan la realidad de la mayoría de edificios españoles construidos durante la década de los 60 y 70. El 80% de ellos ostentan certificados de eficiencia energética de la categoría “E” y “G”.

El 40% de las calefacciones en España funcionan con combustibles fósiles

Los datos sobre los sistemas de calefacción españoles aún son más alarmantes si observamos la fuente de energía con la que funcionan. Según los últimos datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía en España, el gasto en calefacción del parque residencial ascendió en 2016 a más de 6.500 kiloteps. Un gasto energético equivalente a combustionar más de 6,5 millones de toneladas de petróleo, el principal combustible fósil responsable del cambio climático.

En España, sólo un 7% de las calefacciones funcionan a través de electricidad, mientras que un 24% lo hace mediante gas natural, el 23% mediante gasóleo y un 36% mediante calderas de biomasa. Esto nos deja con un 47 % de calefacciones que funcionan con combustibles fósiles.

Teniendo en cuenta toda esta información, ser lo más ZEO posible con nuestro sistema de calefacción se convierte en una medida necesaria para el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, que además, revertirá en un ahorro económico en nuestras facturas. 

1. Aísla tu vivienda

Algo básico para reducir las emisiones derivadas de las calefacciones es el sistema de aislamiento de nuestra vivienda. Tener la casa bien aislada reduce el gasto energético de los sistemas de calefacción. Y es que se estima que con un sistema de aislamiento deficiente en ventanas y puertas, o bien en las propias paredes, se pierde hasta un 40% de la eficiencia energética.

Debido a la antigüedad y/u orientación incorrecta de la vivienda, para muchos hogares parece imposible realizar cualquier tipo de cambio para reducir su consumo energético en la calefacción. Aún así, y debéis tener en cuenta que a parte del ahorro en calefacción, tendréis una gran mejora en confort en la vivienda:

  • Aislamiento térmico mediante inyección en cámaras

Este sistema es el que requiere menos cambios en nuestra vivienda. Consiste en la perforación en la cara interior o exterior de nuestra fachada y la instalación de mangueras especiales para colocar el aislamiento térmico en la cámara de aire de la fachada. Este sistema no es posible si no hay cámara de aire en la fachada.

  • Aislamiento térmico interior con trasdosados

Es una solución bastante óptima si se pretende realizar una reforma integral de la vivienda. Este sistema de aislamiento funciona mediante paneles aislantes de celulosa, corcho o lana de roca, que se colocan directamente en las paredes que dan al exterior de nuestra vivienda, por la parte de dentro. Estos materiales se recubren posteriormente por paneles de madera, pladur o ladrillos para ocultarlos. En este caso perderemos un poco de espacio en el interior.

  • SATE (Sistema de aislamiento térmico exterior)

En bloques de pisos en los que el problema del aislamiento térmico es generalizado, instalar un sistema de aislamiento térmico exterior puede ser la mejor opción. Una vez convencida a la comunidad de vecinos, podremos instalar el SATE. Este sistema consiste en la incorporación de un conjunto de paneles aislantes en la superficie exterior de la fachada, que por encima se recubren de mortero monocapa. Al colocar el aislamiento en la parte exterior de la fachada se eliminan por completo todos los posibles puentes térmicos del edificio, que no pasa si el aislamiento es interior.

  • Aislamiento de suelos y techos

Para aquellas viviendas que tengan suelos o techos en contacto con el exterior, hay que pensar también en aislarlos. El aislamiento de las viviendas mediante falsos techos o suelos con aislamiento y parquet, , es una opción bastante económica y efectiva. En el caso de haber reconvertido zonas como terrazas o balcones en zonas habitables es indispensable reforzar el aislamiento de esta parte.

  • Trasdosados directos

Los trasdosados consisten en pegar sobre la cara interior de nuestra vivienda paneles aislantes que a la vez sirvan como base para los mismos. Para este sistema de aislamiento la mejor opción es utilizar materiales que son aislantes de manera natural, como los paneles OSB fabricados con fibras de madera o los paneles de corcho.

2. Renueva tu sistema de calefacción

Muchos de los sistemas convencionales de calefacción han quedado obsoletos con respecto a los nuevos objetivos y demandas a favor del clima. El 85% de las calderas de las casas son ineficientes. El paso más importante y necesario es eliminar definitivamente los sistemas de calefacción con calderas de carbón y gasoil de los hogares. 

Después de tomar esta medida, instalar una nueva caldera o sistemas de climatización con biocombustibles, pueden ser opciones útiles para reducir la huella de carbono de los hogares y ser lo más ZEO posibles.

  • Calderas murales de condensación

Estas calderas de condensación que utilizan la mayoría de hogares, pese a funcionar con gas natural, permiten ahorrar hasta un 25% del consumo de energía y emiten un 35% menos de CO2 frente a las calderas convencionales de carbón o gasoil.

Pese a que no son la opción de calefacción más sostenible y ZEO -cero emisiones-, suponen una pequeña mejoría respecto al impacto que genera el consumo de los hogares en el medio ambiente.

El precio de este tipo de calefacciones va desde los 800 a los 3.000€.

  • Calefacción Solar

Este sistema de climatización es, sin duda, el más ZEO de todos. Si disponemos de una vivienda unifamiliar, aislada o bien un piso en un bloque en una comunidad de vecinos que disponga de azotea, es posible instalar este sistema. Muchos hogares ya utilizan placas solares para su ACS (Agua Caliente Sanitaria) y su calefacción, aunque disponen de un apoyo auxiliar para condiciones climáticas bajo las cuales no será posible abastecerse solo mediante las placas. Este sistema será posible únicamente si tenemos suelo radiante en la vivienda, no radiadores (por la temperatura de trabajo del agua).

  • Split con bombas de calor

Las bombas de calor son máquinas con un ciclo de refrigeración reversible. Este tipo de equipos tienen dos focos, el frío y el caliente. Cuando se aplica energía eléctrica a este sistema, uno de los focos aumenta su temperatura desprendiendo energía mientras que el otro la disminuye absorbiéndola. Los sistemas de este tipo que son más eficientes son los que llamamos aerotermia.

Los Split son sistemas reversibles y modulables de aire acondicionado, por lo que servirán también en verano para refrescar los espacios. Además, mientras tengamos contratada la electricidad con compañías eléctricas que obtienen su energía mediante fuentes renovables, este sistema de calefacción será ZEO -cero emisiones-. 

El precio de este sistema ronda los 1.000 o 1.500€ y se recomienda instalarlo en estancias reducidas y contratar un sistema de mantenimiento anual igual que un aire acondicionado.

  • Calefactores eléctricos

También denominados calor azul, los calefactores eléctricos de última generación son la evolución de los antiguos radiadores de aceite. Llevan incorporado un fluido en su interior llamado “sol azul”. Calientan la estancia de una forma rápida y efectiva al expulsar aire caliente.

Estos calefactores son los más caros de entre las soluciones de calefacción sostenibles si hablamos de coste energético. Aunque el precio de estos radiadores va de los 60 a los 600€, con este sistema, el gasto anual en electricidad de una familia de 4 personas en un hogar estándar puede ascender a los 900€. Comparado con la bomba de calor es un sistema mucho menos eficiente.

  • Estufas de Pellets

Este sistema de biocalefacción neutro en emisiones de CO2, está tomando protagonismo entre las opciones de climatización preferidas por los ciudadanos españoles. Con las estufas de pellet es posible reducir hasta un 90% las emisiones de CO2 derivadas de la calefacción.

Pese a la creencia popular de que el pellet calienta menos, es uno de los sistemas de calefacción con más rendimiento, ya que como las calderas de condensación, recuperan el calor residual del homo y lo aprovecha para generar más calor.  . Habitualmente funcionan con pellet pero también con policombustibles como cáscaras de frutos secos o huesos de aceitunas.

Es preciso que el combustible sea lo más local posible, ya que si el pellet debe transportarse muchos kilómetros generará aún más emisiones de CO2 por culpa del transporte.

Esta opción de calefacción sostenible es además la más barata con un coste anual de unos 270€ por familia y una inversión inicial que va de los 600€ a los 4.000€, según el tipo de caldera o estufa que adquiramos. 

¿Cuál es el sistema de calefacción más barato?

Según datos recogidos por PODO el gasto medio de una familia de cuatro personas, que mantienen la calefacción encendida unas seis horas de media durante los meses de invierno según el tipo de calefacción es el siguiente:

Tipo de energía

 Gasto en EUROS anuales

Biomasa

 270 EUROS

Bomba de calor

 225 €, pero puede ser el doble si hay que contratar más potencia eléctrica en la vivienda.

Paneles solares

 350 €, aunque dependerá de la cantidad de paneles que podamos colocar.

Gas Natural

 400 EUROS

Gasóleo

 550 EUROS

Gas butano

 650 EUROS

Calor azul (electricidad)

 900 EUROS

3. Evita el derroche

A parte de cualquier instalación o montaje de climatización que podamos hacer en nuestros hogares para reducir las emisiones de CO2, también debemos tener en cuenta el factor humano. Existen medidas que podemos hacer a título personal para mejorar la eficiencia energética de nuestros sistemas de calefacción y así evitar un gasto mayor de energía. 

Evitar poner ropa a secar en los radiadores, no ventilar las habitaciones durante más de 15 minutos cuando esté la calefacción puesta o bien algo tan simple como dejar el aparato de aire encendido cuando no se está en casa, son medidas que podemos hacer para conseguir una calefacción más ZEO. También mantener el termostato regulado y bajar un grado la temperatura de la calefacción pueden suponer entre un 7 y un 11% de ahorro de energía.

4. Domotiza la calefacción de tu hogar

Las nuevas tecnologías también pueden ayudar a la lucha contra el cambio climático. Poder controlar la calefacción desde tu dispositivo móvil estés donde estés puede mejorar la eficiencia energética del sistema de climatización.

Optimizar el encendido del sistema de calefacción nos permitirá tener el máximo confort sin derrochar energía. Al final la energía más ZEO es aquella que no se consume.

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