Aprovechando que esta semana, desde Plataforma ZEO, estamos realizando la campaña Challenge ZEO, con el reto de “la semana sin carne”, queremos revisar el impacto del consumo de carne y de la ganadería intensiva en el planeta y en concreto, cómo contribuye al cambio climático.
La industria de producción y refinado de los combustibles fósiles es la principal responsable del calentamiento global de la Tierra: es responsable de más de un 40% de las emisiones GEI que provocan el cambio climático. Aun así, según la FAO, la ganadería intensiva genera anualmente 7.516 millones de toneladas de CO2, un 14,5% de las emisiones GEI globales.
Cambios significativos para la lucha climática
Aunque la sociedad también puede contribuir a la transición a la energía verde, apostando por comercializadoras de electricidad limpia o pasándose al autoconsumo, para llevar a cabo este cambio son necesarias grandes ayudas por parte de las empresas y del sector financiero.
Sin embargo, cambiando nuestro sistema de alimentación y apostando por una dieta sostenible, es decir incrementando el consumo de vegetales frescos y de proximidad y reduciendo nuestro consumo de carne al máximo, sería posible mandar a las grandes empresas ganaderas un mensaje. Deben migrar a un sistema de ganadería extensivo, capaz de producir menos carne, pero de mayor calidad. Al fin y al cabo, si no hubiese tanta demanda de carne, estas empresas dejarían de producirla.
Por este motivo, el primer paso para contribuir a la reducción la huella de carbono de la ganadería intensiva empieza reduciendo nuestro propio consumo de carne.
En España consumimos seis veces más carne de la recomendada por la OMS
La OMS cifra el consumo de carne óptimo para la salud en 500 gramos semanales, el equivalente a comer carne dos veces a la semana -y únicamente 200 gramos de carne roja-. Un informe elaborado por la ONG Justicia Alimentaria-Vegetarianos sin fronteras asegura que, en España, se come seis veces más de la cantidad de carne recomendada por los nutricionistas y la propia OMS.
Semanalmente los españoles consumen una media de 2 kg de carne. Una cifra demasiado elevada si tenemos en cuenta los problemas medioambientales que supone satisfacer esta demanda y el riesgo para la salud humana. Según este informe, entre el 28 y el 38 % de las enfermedades isquémicas y cardiovasculares se deben al consumo excesivo de carne, sobre todo roja.
La fórmula de la ONU para hacer frente al cambio climático es reducir el consumo de carne al máximo
En agosto de 2019 la ONU anunció la fórmula perfecta para hacer frente al cambio climático: reducir el consumo de carne y consumir únicamente la de origen ecológico. Una de las líneas de acción más importantes para reducir los niveles de emisiones es cambiar el sistema alimentario y hacerlo más ZEO -cero emisiones-.
Según la ONU, debemos seguir “una dieta basada en alimentos vegetales, como los cereales, la fruta fresca y deshidratada y las legumbres”. Respecto al consumo de carne, el informe habla de una necesaria reducción del consumo de carne y una apuesta por “los alimentos de origen animal producidos en sistemas sostenibles de bajas emisiones de gases de efecto invernadero”, refiriéndose a la ganadería extensiva y ecológica.
Siendo vegano una semana podemos evitar 14,7 kg de CO2
Un informe de 2017 publicado por la Vegan Society revela que, sólo siendo vegano durante una semana, cada uno podemos evitar 14,7 kg de emisiones GEI. Nuestra huella de carbono se reduciría alrededor de 1,3 toneladas al año, si para el desayuno y el almuerzo no consumiéramos productos de origen animal.
¿Imagináis cuanto CO2 evitaríamos a la atmosfera dejando de consumir carne de forma definitiva?
Según explicó Carlos Gutiérrez, el editor de Diversa Ediciones, durante una presentación en el Veggie World 2018, “no existe una gran concienciación sobre los factores climáticos y los factores energéticos que derivan de la ganadería. Para un trozo de carne se pueden llegar a consumir 15.000 litros de agua” añade el editor.
“No existe una gran concienciación sobre los factores climáticos y energéticos que derivan de la ganadería”
La deforestación causada por la ganadería
La deforestación es otro de los mayores problemas generados por la ganadería intensiva. Según una investigación realizada por científicos de la Universidad de Maryland, en EEUU cada 19 segundos desaparece una hectárea de bosque –gran sumidero de CO2 y productor de oxígeno-, y se transforma en zona de pasto para la ganadería.
Para producir un solo quilo de carne son necesarios hasta 17 kilos de cereales. Y un dato más: La cantidad de selva perdida por una sola hamburguesa de carne es de 5,12 m2. La ganadería intensiva influye directamente en la sobreexplotación de los ecosistemas y la pérdida de los bosques, extensiones que ayudan a reducir el nivel de CO2 en la atmosfera y tienen un papel crucial en la lucha contra el cambio climático.
Un cambio necesario: apostar por la dieta vegetariana
Según la organización ProVeg, por cada individuo que cambia a una dieta vegetariana se salvan casi 4.000 árboles y se ahorran hasta 6 millones de litros de agua. Cada vez existe más gente concienciada de la importancia de cambiar su sistema de alimentación para salvar el planeta.
Tanto es así que, en la actualidad, un 22,8% de la comunidad flexitariana sigue una dieta con un nivel mínimo de carne sólo por un motivo medioambiental. En el 2019, un 35% de la población española redujo o eliminó su consumo de carne roja. Nos encontramos ante una auténtica ola veggie, ¿te atreves a surfearla?
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Graduada en Periodismo por la UAB con mención en Sociedad y Cultura. Anteriormente publicando para La Vanguardia en ámbitos de RSC, Empresas, Alimentación y Salud. Máster de Comunicación&Marketing Digital en INESDI y Responsable de Comunicación de PlataformaZEO.
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