El domingo 31 de octubre arranca la 26ª Cumbre del Clima, un encuentro fundamental para alcanzar acuerdos internacionales que consigan reducir las emisiones de CO2 y frenar el cambio climático. Esta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), organizada por el Reino Unido en colaboración con Italia, tendrá lugar del 31 de octubre al 12 de noviembre de 2021 en el Scottish Event Campus (SEC) de Glasgow (Escocia – Reino Unido).
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático es un evento anual en el que 197 naciones se reúnen con la intención de alcanzar acuerdos que les permitan reducir las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Sin duda, se trata de un evento que la comunidad internacional ha esperado con especial atención. Y es que esta Cumbre debía haberse celebrado en noviembre de 2020, pero tuvo que ser pospuesta debido a la situación de crisis sanitaria. El hecho de haber prorrogado esta cumbre fue un duro golpe para la comunidad científica y las organizaciones ecologistas, que llevaban años criticando la poca urgencia y ambición de los compromisos climáticos de los países firmantes del Acuerdo de París 2015.
Ahora que finalmente la COP26 va a celebrarse y el foco mediático global estará puesto sobre este evento, la ciudadanía ha empezado a preguntarse: ¿por qué la COP26 es tan importante para la lucha climática?
Básicamente, porque definirá la hoja de ruta para el cumplimiento de los compromisos definidos en el Acuerdo de París 2015. El objetivo último de este evento es establecer un Plan de Acción inmediato para conseguir que el calentamiento global del planeta no supere los 1,5 ºC, con respecto a los niveles preindustriales.
49 países se han comprometido a ser ZEO para 2050
En los últimos años, un total de 49 países han declarado su compromiso de lograr la neutralidad climática para 2050. Pero, según las estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), aunque se cumplan estas promesas, no será suficiente.
El mayor problema de todo esto es que según el PNUMA, la mayoría de países han atrasado la aplicación de sus programas para después de 2030, algo que hace dudar sobre si serán capaces de cumplir sus objetivos. Con las medidas que habían definido los Estados hasta ahora, el incremento de temperatura media del planeta sería de 2,2 ºC, una cifra lejos del 1,5ºC acordado en el Acuerdo de París (2015).
Las Naciones Unidas aseguran que debemos tener en cuenta que los compromisos nacionales para 2030 sólo evitan el 7,5% adicional de las emisiones anuales de GEI pronosticadas para ese año.
Por este motivo, la COP26 será tan importante para la lucha contra el cambio climático, porque les obligará a replantear y hacer más ambiciosos sus Planes Nacionales de Energía y Clima (PNIEC) y sus objetivos de descarbonización. Durante estos días, se van a llevar a cabo negociaciones decisivas para el futuro del Planeta y de la acción climática.
¿Qué se debatirá en la COP26?
1. REDUCCIÓN: Los compromisos nacionales
Para que el compromiso de los países firmantes del Acuerdo de París no se quede en un conjunto de palabras vacías, los Estados deben presentar cada cinco años sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC). Es decir, deben presentar un documento que acredite si han cumplido con las reducciones de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) previstas y definidas en la última COP.
Durante la COP25, celebrada en Madrid, las partes no pudieron ponerse de acuerdo sobre la cuantificación y la sincronización de sus NDC. Ahora, a una semana de la COP26, parece ser que sólo 13 de las 194 partes han presentado este documento.
Las NDC, son un mecanismo eficaz para comprobar si los países están cumpliendo con sus compromisos de descarbonización y poder sancionar a los que no lo están haciendo. Según informó Inger Andersen, la directora ejecutiva del PNUMA en un comunicado oficial: “El cambio climático ya no es un problema del futuro. Es un problema del ahora”.
“Para tener la oportunidad de limitar el calentamiento global a 1,5 °C, contamos con ocho años para reducir casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero: ocho años para hacer los planes, implementar las políticas y, finalmente, dar resultados tangibles. El reloj avanza rápidamente” añadió.
2. REDUCCIÓN: El funcionamiento de los mercados de carbono
Desde hace años algunos países implementaron los mercados de carbono y los derechos de emisión para impulsar la descarbonización de las empresas. España, por ejemplo, se mantiene dentro del Régimen de comercio de derechos de emisiones de la UE desde 2005.
Esto quiere decir que todas las industrias intensivas en el uso de combustibles fósiles y por lo tanto intensivas de CO2, están obligadas a controlar y verificar sus emisiones. Al final de cada ejercicio, antes del 30 de abril del año siguiente, tienen que entregar tantos derechos de emisión como toneladas de CO2 hayan emitido.
Es decir, las empresas deben pagar por cada tonelada de CO2 emitido. Teniendo en cuenta el precio por tonelada ronda ahora los 50€, resulta un gran desembolso anual para las compañías emisoras.
El mercado de carbonos fue creado para impulsar la transición ecológica
Y es que el mercado de Carbonos o RCDE UE, fue pensado como un mecanismo para impulsar la transición ecológica y la descarbonización de las empresas. Las empresas que apuesten por la sostenibilidad y reduzcan su huella de carbono anual, podrían evitar el pago de millones de euros y, además, estar mejor valoradas por parte de sus públicos – al ser vistas como verdes-.
Sin embargo, los países aun deben llegar a un consenso sobre el funcionamiento de los mercados de carbono y su verdadera contribución a la lucha contra el cambio climático. En este sentido, en esta COP26 se trabajará en una solución para evitar el doble cómputo de emisiones y garantizar que los mercados de emisiones de carbono sirvan realmente para mitigar las emisiones mundiales, y no sólo sean un simple parche para enmascarar el verdadero problema.
Este debate implicará una revisión del artículo 6 del Acuerdo de París 2015, que establece la necesidad de fijar mecanismos de cooperación internacional para reducir las emisiones de CO2.
3. MITIGACIÓN: Programa de mitigación de los efectos del Cambio Climático
Durante la pasada COP25 se estableció un grupo de expertos encargado de analizar y aportar medidas para reducir el impacto del cambio climático en los países más vulnerables. Debido al calentamiento global de la Tierra, algunas comunidades están siendo víctimas de fenómenos climáticos extremos, migraciones climáticas, pérdida de cosechas o sequías, e incluso de la desaparición de sus lugares de residencia. Como consecuencia de la subida del nivel del mar, algunos países insulares están desapareciendo.
Aunque en la COP25 lograron establecer una Red de Pérdidas y Daños de Santiago, aun existe debate sobre cómo paliar las consecuencias climáticas a nivel global.
Por una parte, los países en vías de desarrollo reclaman la creación de una nueva plataforma que les conecte con los expertos y les provea de asistencia técnica frente a situaciones de vulnerabilidad o desastres naturales. Mientras que, por la otra, los países desarrollados prefieren promover el uso de las estructuras y organismos de mitigación existentes.
4. ADAPTACIÓN: Objetivos de adaptación al cambio climático
La adaptación al cambio climático es fundamental par reducir los riesgos y consecuencias derivadas del mismo. En este sentido, durante la COP25, se designó a un Comité de Adaptación para determinar cómo debía evaluarse este progreso global y rediseñar nuevos objetivos para hacer a los países más resilientes.
Según recoge la revista National Geographic, en estos momentos se está desarrollando un informe técnico para evaluar esta adaptación, “así como el fortalecimiento de la resiliencia y la reducción de la vulnerabilidad al cambio climático”. Una herramienta que será analizada esta COP26 y cada año será revisada por el Comité de Adaptación.
5. FINANCIACIÓN: ¿Cómo financiar la acción climática?
En esta COP26 también debe debatirse un aspecto fundamental para la acción climática: la financiación. En este sentido, en múltiples ocasiones se ha criticado la escasez de fondos para llevar a cabo un cambio de tal envergadura a nivel global.
Y es que, durante la COP15, celebrada en Cophenaghe en 2015, los países se comprometieron a destinar unos 86.156 millones de euros anuales a ayudar a los países en vías de desarrollo a hacer frente sus compromisos climáticos. Un objetivo que, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) está lejos de cumplirse.
Los países desarrollados van con tres años de retraso con respecto a esta cantidad, que debía haberse destinado en 2020. Según los últimos datos disponibles, en la actualidad los países están destinando una media de 79.600 millones (datos de 2019).
Debemos tener en cuenta que, a lo largo de la historia, estos países han sido los principales emisores de Gases de Efecto Invernadero (GEI). En este sentido, Boris Johnson, actual anfitrión de la COP26 recordó que Reino Unido, como otros países europeos, fue un país pionero en la revolución de combustibles fósiles.
Por este motivo ha instado a los demás países a cumplir con sus objetivos de financiación de cara a esta Cumbre del Clima: “cuando los países en vías de desarrollo nos piden ayuda, tenemos que asumir nuestras responsabilidades”.
Todas estas cuestiones que se pondrán sobre la mesa en la próxima COP26, son una muestra de la necesidad de migrar a una sociedad ZEO.
Las empresas, administraciones, medios de comunicación y entidades deben trabajar para reducir su impacto ambiental y huella de carbono. De esta forma estarán contribuyendo a superar el reto tan colosal al que nos enfrentamos.
Graduada en Periodismo por la UAB con mención en Sociedad y Cultura. Anteriormente publicando para La Vanguardia en ámbitos de RSC, Empresas, Alimentación y Salud. Máster de Comunicación&Marketing Digital en INESDI y Responsable de Comunicación de PlataformaZEO.