El arbolado de las ciudades a revisión por el cambio climático

La situación de emergencia climática ha dado pie a importantes cambios en el clima y los ciclos de vida de las plantas. La crisis climática está incidiendo en la etapa de floración de las mismas.

Según múltiples estudios, el cambio climático está impactando de forma directa a los polinizadores y sus interacciones con las plantas. De hecho, este tipo de insectos están sufriendo un importante declive a nivel global. Un ejemplo de ello es el Síndrome de Colapso de las Colmenas, un fenómeno que ha provocado la desaparición de entre el 30 y el 90% de las abejas obreras adultas.

El Síndrome de Colapso de las Colmenas pone en peligro el sistema mundial alimentario, ya que el 87% de los alimentos que consumimos actualmente depende de este proceso de polinización que llevan a cabo las abejas.

Por otro lado, las consecuencias del cambio climático, con el incremento de las temperaturas, la variabilidad estacional de las lluvias o los fenómenos climáticos extremos, también ponen en peligro la supervivencia de las plantas, árboles y flores que conforman la fauna terrestre e influyen en su proceso de crecimiento.

El último informe de 2019 de la ONU lleva a cabo una radiografía del estado de la biodiversidad del planeta. El estudio señala que la destrucción de la naturaleza se está acelerando y que la producción de alimentos y energía son las principales causas de su degradación.

De hecho, el documento alerta de que un millón de especies animales y vegetales están ahora en peligro de extinción.

Por otro lado, la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), muestra que el 34% de las especies coníferas, como las sabinas, los cedros, los pinos, los abetos, las secuoyas o los cipreses, y el 33% del coral marino, son actualmente especies amenazadas.

Por este motivo, es fundamental ser ZEO y reducir la huella de carbono del ser humano en el Planeta.

El cambio climático es una de las 5 presiones que impulsan la pérdida de la biodiversidad en el mundo

Según el MITECO, el cambio climático se considera una de las cinco presiones principales que impulsan la pérdida de la biodiversidad en el mundo, junto con la pérdida de hábitats, la sobreexplotación, la contaminación y las especies exóticas invasoras.

“Debido al cambio climático, se prevén múltiples efectos sobre la diversidad biológica que agravarán sus problemas de conservación, por lo que las medidas o acciones dirigidas a conservar y usar de modo sostenible la biodiversidad deben tener en cuenta las necesidades de adaptación al cambio climático” explican en un comunicado publicado en la página oficial del Ministerio.

Desde el MITECO advierten que deben considerarse y potenciarse las sinergias positivas entre las políticas de conservación de la biodiversidad y las de mitigación y adaptación al cambio climático. Y es que ambas son pilares fundamentales en los que se basa la lucha mundial contra el cambio climático.

Conservar los árboles de las zonas urbanas y vías públicas puede ayudar a combatir el cambio climático

En este sentido, conservar los árboles que se encuentran en las zonas urbanas y vías públicas debe ser una cuestión prioritaria para los gobiernos y ayuntamientos locales. Y es que, la vegetación plantada en la ciudad, no sólo mejora la calidad del aire, si no que captura el CO2 de las grandes ciudades y  reduce la huella de carbono generada por las mismas.

La arboleda urbana es una excelente herramienta en la lucha contra el cambio climático. Por este motivo, es fundamental cuidarla, preservarla e incrementar su función estratégica como pulmón de las grandes ciudades.

Sin embargo, debido a los propios efectos del calentamiento global de la Tierra, estos mecanismos podrían estar en serio peligro y dejar de contribuir a la lucha contra el cambio climático.

En grandes urbes como Barcelona, por ejemplo, desde el ayuntamiento han optado por renovar todo el arbolado de la ciudad, prescindiendo de gran parte de los árboles “Platanus × hispánica”. Desde hace unos años, esta especie ha sido motivo de queja por parte de la ciudadanía debido a que afecta directamente a la salud de las personas con alergia.

Según el Consistorio municipal, los cambios en las fechas de las estaciones han provocado mutaciones en los procesos de floración del platanero, incrementando la expulsión de todo tipo de semillas e incrementando el número de patógenos en el aire.

El cambio climático ha cambiado el proceso de floración de los plataneros

Este fenómeno incide directamente en los segmentos de la población que padecen de alergia severa.

Sin embargo, también desde este organismo explican que en realidad no hay tantas personas alérgicas a estos árboles. El problema es que muchos confunden la alergia al polen con las molestias que genera la aparición del fruto.

Como medida de adaptación a los efectos del cambio climático, el gobierno de la alcaldesa Ada Colau está trabajando en el Plan director del arbolado de Barcelona 2017-2037, que renovará los árboles de la ciudad, introduciendo nuevas especies que permitan mitigar los efectos de las plagas y reduzcan las molestias que producen las alergias.

El objetivo del Plan es que ninguna especie supere el 15% del arbolado de la ciudad, una condición que, por el momento, solo cumple el platanero, que ocupa alrededor de una cuarta parte de los alcornoques de la ciudad.

El Ayuntamiento de Barcelona ya ha anunciado que no plantará nuevos plataneros en la ciudad, sino que “a medida que estos ejemplares fallezcan por causas naturales, serán sustituidos por otros de otras especies más apropiadas a estos tiempos tan extraños”.

Algo que ha tranquilizado a parte de la población, pero también ha preocupado al resto: algunos barceloneses se han quejado del Plan, alegando que los plataneros son un símbolo cotidiano de la ciudad.

¿Cómo afecta el cambio climático y la explotación humana a los árboles a nivel mundial?

Al parecer, el cambio climático y la actividad humana no solo están provocando cambios en el paisaje urbano, sino que está cambiando parajes y ecosistemas naturales a escala global.

Según IPBES, solo una cuarta parte del suelo del planeta está libre del impacto de la actividad humana y se estima que esta cifra se reducirá a una décima parte en 2050.

Desde la Universidad de Brasilia aseguran que “el uso de la tierra es fundamental para los principales desafíos ambientales que estamos experimentando”. En este sentido, es fundamental preservar los ecosistemas y reducir nuestro impacto en el Planeta, no solo reduciendo la urbanización o luchando contra la deforestación, sino también reduciendo emisiones y frenando el cambio climático.

Porque de lo contrario, llegaremos a situaciones como la que está viviendo Indonesia, que desde 2001 ha perdido millones de hectáreas de selva tropical. Por suerte, desde que en el 2018 el gobierno central del país endureció su legislación gubernamental respecto a la deforestación las pérdidas de árboles se han reducido un 40%.

El cambio climático es un pez que se muerde la cola. En referencia a la cuestión que ocupa este artículo, podríamos decir que las consecuencias del mismo han provocado el deterioro de la arboleda urbana y mutaciones en los procesos de floración.

Mientras que por la otra, la preservación y renovación de estos árboles es fundamental para luchar contra el cambio climático y reducir las emisiones de CO2 a nivel local.

Por este motivo, es fundamental ser ZEO y reducir nuestra huella de carbono en el Planeta.