La electrificación del transporte parece que se ha convertido en una tendencia imparable. Mes tras mes, las cifras de ventas y matriculaciones de vehículos eléctricos, híbridos o alternativos, demuestran que la movilidad se está transformando a favor de la lucha contra el cambio climático.
Precisamente uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas es promover la movilidad sostenible en nuestra sociedad. Y es que debemos tener en cuenta que, a escala mundial, el transporte es responsable del 30 % de las emisiones de CO2 que provocan el calentamiento global de la Tierra.
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente el vehículo privado genera el 60,7% de estas emisiones. Además, el sector del automóvil es también responsable del 80% de las emisiones de NOX, perjudiciales para la salud. Los óxidos de nitrógeno pueden producir problemas pulmonares, dilatando los tejidos de la garganta y las vías respiratorias.
Según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, las emisiones del transporte en España en el año 2014 fueron de 77,2 MtCO2-eq, habiéndose incrementado alrededor de un 50% desde 1990.
Cambiar el sistema de transporte es vital para frenar la emergencia climática
Teniendo en cuenta estos datos, podemos deducir que para frenar la emergencia climática y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París 2015, es fundamental cambiar el sistema actual de transporte.
De momento, la nueva Ley española de Cambio Climático recoge que, a partir de 2040 se dejarán de vender coches nuevos diésel, de gasolina e híbridos. Esto es, sin duda, una condena a muerte para el coche de gasolina.
La compra de vehículos eléctricos es imparable
Según el informe Car Cost Index, el coste de uso de un eléctrico se iguala ya al de un coche de combustión en la mayoría de Europa. Un estudio revela que, en los modelos de mayor tamaño, resultan más baratos los coches eléctricos que los de gasolina o diésel. Esto ocurre, por ejemplo, en España.
El mismo informe asegura que los vehículos eléctricos (VE) nunca habían sido tan asequibles en Europa. Actualmente, los coches eléctricos más baratos del mercado son:
- Citroën AMI: 5.600 euros
- Dacia Spring: 9.950 euros
- Renault Twizy: 10.225 euros
- Seat Mii Electric: 11.800 euros
- Invicta Electric D2S: desde 11.995 euros
- Renault Twingo Electric: 12.880 euros
Seguramente por este motivo, en España las matriculaciones de vehículos eléctricos cerraron el mes de octubre de 2021 en positivo. Se vendieron alrededor de 2.700 unidades, lo que supone un crecimiento del 29,25% comparado con el mismo periodo del ejercicio anterior.
En el caso de nuestro país, de enero a abril de 2021 el porcentaje de automóviles nuevos vendidos de diésel ha sido del 22,2 %, frente al 48,3 % de los vehículos propulsados por gasolina y el 29,5 % de los automóviles propulsados por algún tipo de energía eficiente o alternativa (ya sean eléctricos puros, híbridos, híbridos enchufables o bi-fuel de gasolina y algún tipo de gas –GNC, GNL o GLP-), recoge el medio Autopista.es.
Una nueva alternativa ZEO: el coche de hidrógeno
Ahora bien, pese a que todo el mundo habla del coche eléctrico como la mejor alternativa para llevar a cabo la transición a la movilidad eléctrica, poco a poco el coche de hidrógeno se alza como una opción aun más sostenible, factible y económica.
El hidrógeno es un combustible ZEO -cero emisiones-, que emite vapor de agua en vez de CO2. Si este hidrógeno proviene de fuentes de energía renovables, su huella ecológica es nula.
Es por eso que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha otorgado la etiqueta CERO a este tipo de coches, equiparándolos por tanto a los eléctricos.
De hecho, algunas compañías como el gigante Toyota, ya han expresado su intención de apostar por este tipo de vehículo para lograr la descarbonización del sector del automóvil.
Según explicó Akio Toyoda, director ejecutivo de Toyota, “el enemigo es el carbono, no los vehículos de combustión”. El directivo asegura que para lograr la transición a la movilidad sostenible, no es bueno centrarse únicamente en una tecnología, y que es posible adaptar la que ya tenemos haciéndola ZEO.
La compañía no quiere ser vista como una compañía de coches eléctricos, si no como una empresa neutra en carbono. Por este motivo, en 2014 presentó el coche impulsado por hidrógeno Toyota Mirai. Se trata de un vehículo que dispone de hasta 1.000 kilómetros de autonomía. Además, recientemente la marca ha desarrollado ahora un sistema de pila de hidrógeno que es adaptable a cualquier vehículo.
Las pilas de hidrógeno son dispositivos electroquímicos que permiten adaptar vehículos de gasolina a su uso con hidrógeno. Estas pilas contienen elementos que captan oxígeno de la atmósfera y lo combinan con hidrógeno a alta presión, propiciando una reacción química que da como resultado electricidad y vapor de agua (H2O).
¿Cuáles son las desventajas del coche de hidrógeno?
Desde que se lanzó al mercado en Toyota Mirai, sólo se han vendido unas 10.000 unidades nivel mundial en 7 años. El coche de hidrógeno es aún desconocido por gran parte de la sociedad.
Además, la implementación de puntos de recarga de hidrógeno es realmente baja en el mundo. En Japón, por ejemplo, únicamente hay 160, en Europa hay alrededor de 100, 91 en Alemania y 6 en España, aunque el MITECO tiene como objetivo llegar a 100 para 2030.
Otro aspecto en contra del vehículo de hidrógeno es su precio. Aunque la tecnología del hidrógeno ha evolucionado, lo ha hecho a un ritmo muy lento. Actualmente, un coche de hidrógeno tiene un precio medio de 50.000 euros, un poco más caro que un eléctrico medio. Y si tenemos en cuenta el combustible, el gasto parece aun mayor.
El combustible debe tener un alto grado de pureza, un 95% por lo menos, para que la reacción química tenga lugar. Y si tenemos en cuenta que el kilo de hidrógeno ronda los 10€/kg, siendo el consumo medio de unos 0,9 kg/100 km, llevar un coche de hidrógeno no parece especialmente barato.
Bien sea de hidrógeno o eléctrico, lo más importante de cara al futuro de la movilidad es lograr que sea ZEO -cero emisiones-. Porque el futuro del transporte será sostenible, o no será.
Colaboradora de la Asociación para el Desarrollo de la Casa Bioclimática desde la su fundación, año 2003. Divulgadora de los beneficios del bioclimatismo en producciones audiovisuales para Antena3, TVE y en el vídeo-declaración “¿Qué es una casa bioclimática?” de la ADCB. Propietaria y usuaria de una casa bioclimática desde 2001 y de un vehículo eléctrico desde 2015.
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