Si algo nos ha enseñado este período de crisis sanitaria ocasionado por la COVID-19 es que es posible lograr cambios estructurales en la sociedad y nuestra forma de vida. A causa de las medidas de restricción impuestas durante el confinamiento, la comunidad científica asegura que habrá una “caída espectacular” de las emisiones GEI que provocan el cambio climático.
Y es que sólo durante el período de estado de alarma decretado en China, un informe elaborado por Carbon Brief ha demostrado que se ha producido una reducción de más de un 25% de las emisiones de CO. Durante este período China ha evitado la emisión de 200 millones de toneladas de COlo equivalente a una reducción del 6% de las emisiones mundiales durante ese período.
Parece que de una forma u otra esta pandemia global puede haber supuesto una tregua para el planeta. Además, la situación actual nos brinda una nueva oportunidad para reconstruir una “ en línea con los Objetivos de París 2015. Adoptar un desconfinamiento ZEO -cero emisiones-, tanto a nivel individual como a nivel institucional, con medidas y decisiones políticas públicas que apoyen una recuperación sostenible, es esencial para lograr mantener por debajo de 1,5ºC el incremento de la temperatura planetaria -con respecto a los niveles preindustriales-.
Las energías renovables se convertirán en la única fuente de energía que crecerá en 2020
A todas estas expectativas positivas hay que sumarle el hecho de que las energías renovables crecerán un 5% este 2020, a pesar de las interrupciones de la cadena de suministro que han pausado o retrasado el despliegue de instalaciones masivas de energía solar fotovoltaica y eólica en los últimos meses. El último informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) asegura que las energías solar, eólica e hidroeléctrica serán las únicas fuentes de energía que crecerán este año.
Y no sólo eso, tras superar al carbón como productor de energía el pasado 2019, la AIE muestra en su informe como las fuentes de energía ZEO -cero emisiones- supondrán el 40% de la generación mundial de electricidad de este 2020, llegando a 6 puntos porcentuales por delante del carbón.
El documento Revisión Global de Energía de la AIE recoge estimaciones respecto a las tendencias de consumo de energía y emisiones de CO2, mostrando cierta esperanza respecto a la imposición de las energías renovables como fuente prioritaria de producción energética.
La producción de electricidad a partir de energía eólica y solar sigue creciendo este 2020 mientras que la producción a través de combustibles fósiles no deja de descender. La AIE apunta que la demanda mundial de carbón caerá este año un 8%, alcanzando la peor cifra de la historia desde la Segunda Guerra Mundial.
El sector del petróleo y los combustibles fósiles sufre una crisis estructural
Con el gas natural sucede lo mismo. Según la AIE, la demanda de este tipo de energía fósil descenderá un 5% este año, registrando su mayor caída anual desde los inicios de su acomodación como productor de energía durante la segunda mitad del siglo XX.
El sector del petróleo y los combustibles fósiles está sufriendo una gran crisis estructural. Pese a las pequeñas limitaciones y trabas que se les ha impuesto en la última década, es ahora cuando existe voluntad política y los países están tomando medidas para desfavorecer este sector e impulsar el de las renovables.
El fin de este sistema de producción y generación de energía caduco e incompatible con la supervivencia del planeta Tierra y prioritario en la lucha climática no está muy lejos. La normalización de los mercados de carbono y la creciente puesta en marcha de medidas para retirar todo tipo de ayudas y beneficios a este tipo de sistemas de obtención de energía, finalmente, están contribuyendo a este proceso.
Las medidas de confinamiento disminuirán la demanda de energía este 2020
Pese a que podríamos suponer que la situación de confinamiento decretada a nivel global incrementará este año la demanda energética, según el informe de la AIE está sucediendo todo lo contrario.
Aunque aún es pronto para conocer el impacto a largo plazo de la presente crisis sanitaria, la demanda de energía caerá un 6% este 2020. Un decrecimiento siete veces por debajo del que se experimentó durante la crisis económica de 2008: un descenso sin precedentes. Si hacemos una comparativa, se trata del equivalente a perder toda la demanda energética de la Índia, el tercer consumidor mundial de energía.
Los países desarrollados contarán aún con mayores descensos, experimentando caídas del 9% en Estados Unidos y del 11% en la Unión Europea. Estas previsiones de la AIE están basadas en los análisis de datos reales de más de 100 días y muestran que a principios de abril se ha reducido la demanda energética global un 1,5%.
La paralización de la mayoría de sectores económicos no esenciales y del sector servicios, de las causas asociadas a este descenso.
El 2020 será el año de la inflexión para la lucha climática
Parece ser que este será el año de la inflexión y la perspectiva es positiva. Sobre todo después de conocer la opinión de los 30 líderes políticos que se reunieron la semana pasada en el Diálogo de Petersberg, el primer gran encuentro internacional del año – que está vez se ha celebrado a través de videoconferencia-.
Y es que las seis acciones propuestas por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres para hacer frente a una recuperación sostenible de la economía tras la crisis del Coronavirus, tienen mucho que ver con la creación de empleos verdes y con desfavorecer todas compañías fósiles -aumentando los impuestos y vetando al sector financiero para que deje de apoyarlas económicamente-.
Licenciado en Ingeniería Industrial, especialidad en Organización, por la UPC. Presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Casa Bioclimática desde su creación en 2003. Presidente del Comité de Representación de la plataforma ZEO (Zero Emissions Objective), para frenar el Cambio Climático.
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