Hace años que el colectivo eco-animalista habla del impacto ambiental de la producción y el consumo de carne en el planeta. Ahora la ONU lo ratifica: Para combatir la emergencia climática debemos cambiar el sistema alimentario mundial.

En el nuevo informe del IPCC de la ONU sobre El cambio Climático y la Tierra los científicos alertan que la fórmula para combatir la emergencia climática es reducir el consumo de carne y luchar contra el desperdicio alimentario. El informe habla de la importancia de acabar con otros problemas relacionados con el consumo de carne que afectan directamente a la tierra, como la desertificación y la deforestación vinculada a la alimentación del ganado. Sólo en Europa, la ganadería industrial utiliza más de 2 tercios de la tierra de cultivo en Europa.

La necesidad de tener una alimentación lo más ZEO posible, se convierte ahora en una urgencia a nivel global. Y es que según el informe de la ONU, solo cambiando la dieta progresivamente se podrían ahorrar hasta 8 Gigatoneladas de CO2 anuales para 2050. Cambiar la alimentación significa reducir un 23% de las emisiones GEI globales que generamos cada año.

El informe insta a reducir el consumo de carne y consumir solo la de origen ecológico

La fórmula perfecta del IPCC para conseguir cambiar la alimentación y hacerla más ZEO es “una dieta basada en alimentos vegetales, como los cereales, la fruta fresca y deshidratada y las legumbres”. Respecto al consumo de carne, el informe habla de una necesaria reducción del consumo de carne “con alimentos de origen animal producidos en sistemas sostenibles de bajas emisiones de gases de efecto invernadero”, refiriéndose a la ganadería extensiva y ecológica. El informe de la Vegan Society ya lo certificó en 2017, sólo siendo vegano durante una semana cada uno podemos evitar 14,7 kg de emisiones GEI.

Desde 1961… 

 

  • El consumo de carne por habitante se ha duplicado

  • La cantidad de calorías que ingerimos ha aumentado un tercio

 

 

Según alerta el mismo informe, los datos disponibles desde 1961 muestran que el suministro de carne por habitante se ha duplicado y el suministro de calorías ha aumentado un tercio. El consumismo en la alimentación ha aumentado y con ello la huella de carbono derivada de su producción, transporte y el mismo consumo.

Es por eso que las decisiones y acciones como consumidor pueden conseguir reducir esta huella de carbono alimentaria que tanto preocupa a los expertos del IPCC. Comprar alimentos de km0 o de proximidad reduce las emisiones derivadas del transporte. Comprar a granel reduce el nivel de residuos plásticos derivados de la alimentación que también acaban derivando emisiones a causa del tratamiento y la gestión de estos residuos. A título personal es posible realizar múltiples acciones ZEO para afrontar la situación de emergencia climática y combatir este problema mundial.

La segunda parte de la fórmula de la ONU: Acabar con el desperdicio alimentario

El problema del desperdicio alimentario pasa desapercibido. Aún así supone casi un 8% de las emisiones GEI que provocan el cambio climático. El informe de Cambio Climático y la Tierra, también alerta de que cada año desperdiciamos entre un 20% de la comida que producimos. 

En la UE este despilfarro supone una pérdida económica de 143 billones de euros. Acabar con el desperdicio alimentario es necesario para conseguir reducir las emisiones de la alimentación y a la vez conseguir recuperar esa pérdida económica, y quizá, destinarla a proyectos o acciones relacionadas con la transición a una economía más ZEO.

Y es que casi un 65% de los alimentos se despilfarran en la última fase del consumo. Está en nuestra mano controlar los alimentos que compramos y cuándo consumirlos para que no acaben en la basura; Porque el residuo orgánico también genera emisiones. Sólo un porcentaje muy bajo de los alimentos que lanzamos a la basura es compostado. Según la FAO si hiciéramos compostaje en casa podríamos ahorrar hasta 150 kg de residuos orgánicos por hogar.

Menos conocida es la situación de despilfarro que se genera durante las fases del procesado y la producción. En los campos de cultivo y en los procesos de producción se estima que se pierden en torno al 30% de los alimentos. Una manzana que no es lo suficiente roja o una patata que no es completamente redonda, son automáticamente expulsadas de la cadena de venta. Es por eso que recuperar verduras imperfectas -no en mal estado-, también es otra de las acciones necesarias para luchar contra el desperdicio alimentario.

El IPCC también insta al fin de los combustibles fósiles y la transición a la energía 100% renovable

El planeta necesita un cambio en el modelo alimentario para así poder combatir la crisis climàtica. Evidentemente otras acciones son también necesarias para conseguir una sociedad más ZEO y así frenar el calentamiento global. El Panel Intergubernamental sobre cambio climático (IPCC) también ha alertado en múltiples estudios la necesidad de acabar con el uso de los combustibles fósiles, la necesaria electrificación del transporte y la transición a la energía 100% renovable.

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