Recientemente, la energía nuclear por fisión que hoy se utiliza en muchos países, ha pasado a considerarse una alternativa ZEO -cero emisiones-, para obtener energía. Según las Naciones Unidas, actualmente 442 reactores nucleares de fisión producen alrededor del 10,5 % de la electricidad mundial.

Existen 33 países que disponen de este tipo de instalaciones en su territorio. Entre ellos, se encuentra España, que dispone de 7 centrales nucleares creadas a partir de la década de los 80. Además, actualmente, hay 55 centrales nucleares en construcción repartidas por todo el mundo.

La energía nuclear ha sido una alternativa valorada y criticada a partes iguales por la comunidad internacional. Y es que, para muchos expertos, la energía nuclear es “lenta, cara y peligrosa”. Mientras que, para otros, es un mal necesario, la solución más efectiva de generación de energía a la que hay que exponerse para reducir emisiones y contribuir a la lucha contra el cambio climático.

Independientemente de los últimos avances tecnológicos en esta área, es indiscutible que la energía nuclear y, concretamente, las centrales nucleares de fisión, acarrean una serie de riesgos para la salud de las personas y la del territorio en el que se encuentran ubicadas.

De hecho, en los últimos 75 años, han tenido lugar diversos accidentes nucleares que han puesto fin a la vida de miles de personas, provocando daños ambientales irreparables.

Los accidentes de Fukushima y Chernóbil, catalogadas de nivel 7 en la escala de Richter, se han consolidado como las peores catástrofes nucleares de la historia.

El accidente de Chernóbil fue el más grave y con más víctimas mortales de la historia -31 personas murieron a causa de la propia explosión-. El accidente de Chernóbil provocó un incendio que duró diez días y la explosión generó mucha más radiación que la liberada por la bomba atómica de Hiroshima. De hecho, la radiación se extendió a 150.000 km2.

La radiación generada por un accidente nuclear pone en riesgo la salud de las personas

Según diversos estudios médicos, la radiación a la que estuvieron expuestas centenares de personas que vivían en zonas cercanas a Chernibyl, provocó diversas afecciones a su salud tales como carcinomas o quemaduras severas en los órganos.

Además, debido a la radiación, las ciudades cercanas a la central nuclear tuvieron que ser evacuadas y las personas que vivían en ellas perdieron sus hogares. De hecho, algunas de ellas aún son inhabitables para el ser humano.

La peligrosidad y la inestabilidad de la energía nuclear, junto con la cuestión de los residuos que se explicará más adelante, han sido dos de los principales argumentos por los que los ambientalistas han criticado la ética y la catalogación de este tipo de energía como una “energía de origen renovable y sostenible”.

La promesa de una energía nuclear más segura: las centrales nucleares de última generación

Sin embargo, la nuclear cuenta con el apoyo incondicional de figuras de relevancia mundial, como Bill Gates, el principal impulsor de las centrales nucleares de última generación.

Según este tecnócrata y ferviente defensor de la acción climática, el gran desafío del siglo XXI será hacer frente de forma sostenible, a la creciente demanda de energía: en el futuro necesitaremos generar 2,5 veces más electricidad.

Por ello, a través su empresa, Terra Power, está trabajando en una nueva remesa de centrales nucleares de cuarta generación, mucho más seguras, que no requieren de operarios y son capaces de producir energía a un bajo coste.

Las centrales nucleares del futuro según Bill Gates, podrían ayudarnos a frenar el cambio climático y cumplir con los objetivos de descarbonización pactados por las Naciones Unidas. Sin embargo, no nos permitirían poner solución a uno de los mayores problemas de este sistema de obtención de energía: los residuos nucleares.

Fisión nuclear .vs. Fusión nuclear

Actualmente, la energía nuclear que generamos se produce a partir de la fisión nuclear, un proceso en el que se obtiene energía mediante la separación de un átomo. Llamamos ‘fisión nuclear’ a la reacción producida cuándo el núcleo de un átomo pesado, al capturar un neutrón incidente, se divide en dos o más núcleos de átomos.

El problema de este sistema reside en que el proceso de la fisión nuclear genera una serie de residuos de los que el sector aún no ha sabido cómo desprenderse.

Actualmente, los elementos combustibles irradiados extraídos del reactor nuclear tras cada proceso de fisión se almacenan, inicialmente y de forma temporal, en piscinas de acero y hormigón construidas dentro de las instalaciones de las propias centrales nucleares.

Más adelante, estos residuos se redistribuyen en almacenes subterráneos repartidos por todo el mundo, la mayoría de ellos ubicados en países en vías de desarrollo. Los países productores de energía nuclear pagan grandes sumas de dinero a los gobiernos con una economía más inestable, para poder desprenderse de este tipo de residuos y sacarlos de su propio territorio.

Adiós a los residuos radiactivos con la fusión nuclear

Debido a los últimos avances y descubrimientos, la energía nuclear podría volver a ser valorada como la mejor alternativa para reducir nuestra huella de carbono y frenar la emergencia climática. Este nuevo sistema de producción de energía nuclear promete acabar con el problema de los residuos nucleares.

La fusión nuclear es un proceso por el cuál, al contrario que en la fisión nuclear, se obtiene energía mediante la fusión de dos moléculas que forman un átomo. Los ingenieros físicos llevan años investigando este proceso y, durante mucho tiempo, creyeron que el suministro mediante la fusión nuclear no era rentable: se gastaba más energía para provocar la fusión, de la energía que se libera.

Sin embargo, ahora un grupo de físicos de élite han conseguido provocar una ignición rentable en un laboratorio que reproduce las condiciones que crean energía en estrellas como el sol.

Según el Departamento de Energía de EEUU, por primera vez, la humanidad ha logrado generar más energía de fusión nuclear de la que ha consumido para obtenerla. Este es un avance que podría revolucionar completamente la economía de las próximas décadas y ayudarnos a lograr una sociedad ZEO -cero emisiones-.

Este descubrimiento ha tenido lugar a finales de noviembre de 2022 en el Laboratorio Nacional de Lawrence Livermore, auspiciado por la Universidad de California desde 1952. En estas instalaciones se ha logrado “una ganancia de energía neta en una reacción de fusión”. Esto quiere decir que el reactor ha conseguido generar más energía de la que ha costado llevar a cabo la operación.

Hasta ahora, en todos los experimentos se había gastado más energía en el proceso de la que después se producía durante la fusión nuclear.

Según Jennifer M. Granholm, secretaria de Energía del Gobierno estadounidense de Joe Biden,este es uno de los logros científicos más importantes del siglo XXI”.

El experimento fue retransmitido en directo para todo el mundo a través de YouTube y otros medios. Con este avance, Estados Unidos se pone a la delantera en investigación científica y ofrece soluciones ZEO en un momento marcado por la crisis energética. En esta cuenta atrás para lograr la descarbonización de la economía, EEUU ofrece una alternativa factible a los combustibles fósiles.

Para sacar adelante y extender la fusión nuclear se necesitará mucha más inversión

Este primer experimento ha sentado las bases para una futura producción de energía nuclear rentable y sin residuos. Sin embargo, tras esta primera prueba piloto, se deberán realizar muchos más tests para que la energía de fusión pueda emplearse a nivel de usuario.

Y para lograrlo, se necesitará mucha más inversión y apoyos por parte de las organizaciones científicas. Según Jill Hruby, secretaria de Seguridad Nuclear del Departamento de Energía, “este logro no habría sido posible sin la ayuda económica del Gobierno de EEUU”.

Por eso, para que este modelo energético basado en la fusión nuclear prospere y avance, se necesita apoyo por parte del sector privado y financiación pública por parte de todos los países firmantes del Acuerdo de París.

Todo apunta a que, en las próximas décadas, de contar con apoyo financiero, la fusión nuclear podría alzarse como la principal fuente de energía en el mundo.

Sin lugar a dudas, este sistema de obtención ZEO -cero emisiones-, podría ser de gran ayuda a la hora de reducir emisiones a escala global. Además, al contrario que en la fisión nuclear, la fusión podría ser mucho más segura y circular, pues no genera residuos radioactivos.

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