En 2019 el mundo entero fue testigo del auge de las minicasas. Primero empezó en Estados Unidos, y luego se extendió a países como Canadá, Australia y Reino Unido. Actualmente, las minicasas están por todas partes y reciben una gran cobertura en los medios. En el plano digital existen grupos de Facebook y foros en los que los propietarios y amantes de las mini-casas comparten ideas, proyectos y opiniones sobre esta tendencia arquitectónica.

Precisamente el presentador John Weisbarth y el experto en mini-casas Zack Giffin fueron dos de los responsables de la expansión de las mini-casas. A través de su programa “Minicasas de ensueño” (Tiny House Nation) lograron que este tipo de viviendas dejarán de ser vistas como una opción para “hippies y personas alternativas”, y fueran consideradas como una solución asequible para familias, jóvenes parejas e incluso jubilados.

Los programas sobre mini-casas como Tiny House Nation

En su programa, emitido en todo el mundo a través de Netflix, Giffin y Weisbarth recorren todo Estados Unidos ayudando a familias a construir un minihogar personalizado capaz de cubrir sus necesidades específicas. Como se ve en cada capítulo, estos espacios están muy alejados del concepto de “roulotte”, caravana o bungalow portátil.

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Las mini-casas son espacios con un diseño único y personalizado, siguiendo el gusto de sus dueños o propietarios. Son autónomas y eficientes, y están ingeniosamente equipadas.

¿Cuáles son los requisitos para que una vivienda se considere una mini-casa?

Se consideran mini-casas a aquellas viviendas hechas de un material que acostumbra a ser sostenible y de bajo impacto medioambiental, como la madera. Aunque en los últimos años, debido a la gran aceptación y expansión que están teniendo a escala internacional, también se han empezado a construir mini casas de materiales más resistentes como el hormigón, que son menos sostenibles.

La comunidad arquitectónica asegura que, para que una vivienda sea considerada una minicasa, debe medir menos 50 m2. Pese a su reducido tamaño, las minicasas cuentan con todo lo que una persona necesita para vivir de manera cómoda: un baño, ducha con agua caliente, luz interior, una cocina, dormitorio, etc.

Algunos puristas que pertenecen a la comunidad de las mini-casas aseguran que, para ser consideradas mini-casas, éstas no deben estar ancladas a la Tierra y deben poder ser transportadas y colocadas en cualquier terreno.

Además, debido a su pequeño tamaño, y al hecho de que no estén ancladas al suelo, hace que deban seguir otro tipo de regulaciones y deban pagar un menor número de impuestos a los gobiernos. 

 El origen de las mini-casas

Estos pequeños hogares se empezaron a popularizar en 2008, al mismo tiempo que el mundo entero sufría la Gran Recesión, la Crisis Económica mundial que tuvo comienzo en Estados Unidos.

Sin embargo, se considera que las primeras mini-casas se construyeron en los años 90 en Japón, debido a la depresión económica que vivía el país y los precios de la vivienda. Pero no fue hasta 1997, cuando el diseñador Jay Schafer construyó una mini casa para vivir en ella, en la que solo cabían las cosas básicas para poder vivir con poco dinero y de forma sencilla en la naturaleza.

Una respuesta a la crisis económica de 2008

Según los expertos, la moda de las mini-casas es una respuesta a la crisis de la vivienda asequible de Estados Unidos. Aunque no existe un censo o listado oficial de las mini-casas que existen actualmente en el mundo, las constructoras han confirmado un incremento en la fabricación de este tipo de vivienda.

Por lo que, no es de extrañar, que las casas minúsculas sean consideradas por muchos, como una opción de vivienda asequible, más allá de tener en cuenta filosofía de vida minimalista, la sostenibilidad o la autonomía, aspectos asociados a las mini-casas.

Y es que, en España, una mini-casa puede llegar a costarte unos 15.000€, si es de Autoconstrucción o prefabricada, y alrededor de 90.000€ si es un modelo personalizado y construido específicamente para ti. Sin lugar a dudas, es un precio mucho más asumible que 223.380 euros, el precio de la vivienda media en España (julio de 2021) o los 321.665 € (353.000 $) que cuesta en EEUU (diciembre de 2021).

Además, si tenemos en cuenta el plano económico, también debemos valorar que la mayoría de mini-casas están pensadas para ser autónomas a nivel de luz, agua y electricidad. Por este motivo, a lo largo de nuestra vida podríamos conseguir un ahorro significativo en las facturas de suministro eléctrico y en nuestra huella de carbono.

¿Son realmente ecológicas las mini-casas?

Depende de cómo se fabriquen o se incorporen en los ecosistemas, las minicasas pueden ser una alternativa ZEO de vivienda. Y La mayoría de las ellas están pensadas para ser integradas en el medio ambiente y la naturaleza de forma que su impacto o huella ecológica sea mínima.

Porque la filosofía principal de las mini-casas anima a prescindir de lo superfluo y anima a volver a los orígenes, vivir de manera sostenible en la naturaleza y respetando el medio ambiente.

Las minicasas solo consumen un 7% de lo que consume una vivienda convencional con la misma superficie útil

Las “Tiny homes” promueven una nueva filosofía: vivir con menos a veces puede ser más. Por este motivo, existen minicasas con diseños increíbles que se camuflan en el paisaje. También mini-casas que son 100% autónomas, es decir, disponen de placas solares, baterías y un sistema autónomo de depuración de agua de lluvia. Estas son, sin duda, las más ZEO.

Además, al ser más pequeñas y debido a su diseño unificado, son más eficientes. Según Escandivavia Electricidad, una minicasa únicamente necesita un 7% de lo que consume una vivienda tradicional con la misma superficie útil.

Pero no solamente se debe tener en cuenta el interior y el funcionamiento de las minicasas para poder decir si son verdaderamente ecológicas. También es importante incorporen criterios bioclimáticos para aprovechar al máximo los recursos naturales, buscar una buena orientación solar y que utilicen materiales propios de la zona geográfica en que están.

De hecho, algo realmente fundamental es tener en cuenta el lugar de origen de la minicasa. Si viene de Estados Unidos o de Canadá, para llegar a nuestro terreno en España habrá emitido una gran cantidad de emisiones de CO2 que contribuye al cambio climático. En el caso de optar por una minicasa prefabricada, es importante que ésta haya sido fabricada en nuestro país o bien en un país vecino.

El periodo de construcción de las mini-casas va de 5 a 80 días

Y es que debido al auge y a la popularidad que han conseguido existen diferentes tipos y tamaños de minicasas. Según el medio especializado Arquitectura Sostenible, “el impacto medioambiental de estas pequeñas casas es mínimo ya que, al tener un periodo de construcción muy breve, de entre 5 y 80 días, y su huella de carbono podría ser casi nula”.

En este sentido, aunque existen muchos modelos prefabricados en el mercado, para que una minicasa sea realmente ZEO debe tener todas estas características:

  • Estar diseñada con criterios de arquitectura bioclimática o de casas pasivas.
  • Estar construida con materiales naturales como la madera certificada, o con materiales reciclables como los pellets o contenedores marinos.
  • Idealmente, las tiny homes deben estar diseñadas en un solo espacio, con la única separación del cuarto de baño. Este espacio diáfano debe poder transformarse, según las necesidades de la persona, en comedor, sala de estar o habitación. (Así se reduce el uso de materiales y el espacio es más eficiente). Además, el hecho de que esté diseñada en un solo espacio, permite tener un consumo de electricidad mínimo, pues se aprovecha la luz natural y se reduce la necesidad de luz artificial.
  • Una minicasa debe disponer de muy buen aislamiento, para reducir la demanda energética.
  • Idealmente, debe estar equipada con paneles solares y así autoabastecer su consumo energético
  • Idealmente, también debe disponer de un sistema de recogida de agua de lluvia.

En 1998 la arquitecta Sarah Susanka publicó el primer libro sobre las minicasas: “The not so big House” (Una casa no tan grande), en la que además de recoger la filosofía de las mini-casas se explica cómo adquirirlas y construirlas. Sin embargo, hoy en día existen un gran número de publicaciones, vídeos, documentales, asesorías y todo tipo de recursos sobre este tipo de viviendas.

Sin lugar a dudas, las minicasas podrían ser una opción realmente sostenible para nuestro bolsillo y para el Planeta. Teniendo en cuenta que el parque de viviendas genera actualmente un 8% de las emisiones de CO2 que provocan el cambio climático, las minicasas podrían ser una alternativa ZEO que nos ayudaría a cumplir con los objetivos de descarbonización pactados por la comunidad climática.

Porque es posible vivir con menos y mejor, y al mismo tiempo, proteger el Planeta y el futuro de las próximas generaciones.

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