Las medidas de adaptación al cambio climático están orientadas a limitar los impactos, reducir las vulnerabilidades e incrementar la resiliencia de los sistemas humanos y naturales frente al clima -según el MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico). La adaptación debe incluir también medidas concretas para mantener y preservar la biodiversidad, los bosques, las costas, las ciudades, la agricultura y la industria.

Con el Acuerdo de París (2015) los países firmantes se comprometieron, no sólo a establecer acciones y planes concretos para descarbonizar su economía, sino también a lograr una transición justa y reducir al máximo las consecuencias negativas del cambio climático en la sociedad.

Además de limitar por debajo de 1,5ºC el calentamiento global de la Tierra, el Acuerdo compromete a los 197 países a:

  1. b) Aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y promover la resiliencia al clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, de un modo que no comprometa la producción de alimentos.

En el año 2006, se activó en España el primer Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNAC) 2006-2020. Este Plan se convirtió en el marco de referencia de los esfuerzos públicos para generar conocimiento y construir respuestas adaptativas frente al cambio climático en España. Entre los años 2018 y 2019 la Oficina Española de Cambio Climático empezó a evaluar el primer PNAC, para así poder reconocer los avances logrados, los retos pendientes y las lecciones aprendidas.

Con este profundo análisis y del Informe de participación pública, que recoge las propuestas y opiniones de la ciudadanía, se construyó el nuevo Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030.

¿En qué consisten las medidas de adaptación al cambio climático?

Hecho el análisis sobre cómo se está llevando a cabo la Adaptación al Cambio Climático en España y a través de qué organismos se ha impulsado, es importante profundizar en esta cuestión y esclarecer cuáles son las principales medidas de adaptación al cambio climático.

Harán falta tres décadas para lograr llegar a las cero emisiones y ser una sociedad ZEO -cero emisiones-. Pero mientras tanto, ¿cómo podremos hacer frente a las consecuencias del cambio climático y la forzosa transición ecológica?

Debido al calentamiento global de la Tierra, sufriremos más fenómenos climáticos extremos y el deshielo de los polos hará aumentar el nivel del mar. La sociedad deberá adaptarse a un mundo más caluroso y a vivir cerca de zonas inundables.

Tal y como refleja el activista climático y multimillonario Bill Gates en su libro, “Cómo evitar el desastre climático”, “tendremos que repensar donde construimos nuestras casas y negocios. Tendremos que reforzar las redes eléctricas, puertos y puentes. Tendremos que plantar más bosques de mangles y mejorar los sistemas de alerta de tormentas y borrascas”.

Las personas con una renta más baja serán las más afectadas por el cambio climático

Todas estas acciones descritas por Bill Gates son medidas de adaptación al cambio climático. En su libro, argumenta que las personas que más sufrirán las consecuencias de la crisis climática y que más requerirán de mecanismos de adaptación:

“Son la gente de renta baja que conozco. […] para ellos el cambio climático podría tener las peores consecuencias posibles. Sus historias encarnan la complejidad de combatir la pobreza y el cambio climático al mismo tiempo”.

Y es que tal y como recoge el manifiestoLlamamiento a la acción urgente para limitar el aumento de la temperatura global, restaurar la biodiversidad y proteger la salud”, firmado por reputados profesionales de la Salud, el cambio climático afectará de forma desproporcionada a la salud y supervivencia de colectivos más vulnerables.

En este sentido, afectará en mayor medida a los niños, las poblaciones de mayor edad, las minorías étnicas, las comunidades más pobres y las personas con problemas de salud subyacentes.

El caso del CGIAR: Semillas resistentes al cambio climático

En este sentido, el CGIAR (Grupo de Consulta sobre Investigación Mundial en Agricultura), es un organismo que trabaja para garantizar que las familias de pequeños agricultores puedan seguir alimentándose a pesar del cambio climático y sus consecuencias.

De hecho, algunos aseguran que el CGIAR se ha convertido el grupo de investigación en agricultura más importante del mundo gracias a sus ideas de adaptación.

¿Y cómo lo ha logrado? Creando plantas y animales genéticamente mejorados, más resistentes a las enfermedades, las plagas y los fenómenos climáticos extremos. En definitiva, es el laboratorio encargado de producir cultivos y ganado adaptados al clima para los payeses pobres del mundo.

Uno de los ejemplos más destacados es el de la transformación del maíz llevada a cabo en el laboratorio de Nuevo México. Tal y como recoge Bill Gates en su libro: “Aunque los cultivos de maíz de África subsahariana sean inferiores a los de cualquier lugar del mundo, más de 200 millones de familias dependen de su subsistencia”.

Como las pautas climáticas han cambiado y cada vez son más erráticas, los agricultores corren le riesgo de tener cultivos inservibles o de menor cantidad. Por este motivo, los expertos del CGIAR decidieron desarrollar una gran diversidad de nuevas variedades de maíz que podrían resistir en condiciones de sequía, adaptadas a cada región específica de África.

Aunque al principio algunos agricultores presentaron cierto temor a utilizar estas variedades, finalmente decidieron apostar por esta medida de adaptación gracias a la colaboración de los vendedores de semillas que se dedicaron a explicar los beneficios de estas nuevas variedades.

En este sentido, este pequeño cambio ha permitido a miles de familias ser más resilientes frente al cambio climático y les han permitido, no solo subsistir, sino ganar en calidad de vida.

Mitigación vs Adaptación

Según el proyecto Life Adaptamed en colaboración con la Unión Europea, en España, el estrés hídrico y las altas temperaturas están favoreciendo la proliferación de especies invasoras, para las que las nuevas condiciones climatológicas son más favorables.

Además, debido al aumento de las temperaturas, el país está perdiendo suelo fértil, lo que podría llevar a una desertificación progresiva que afectará especialmente a las regiones del sur de la península, como Andalucía o Murcia.

Por este motivo, además de medidas de adaptación, el Estado está promoviendo medidas de mitigación al cambio climático.

Ahora bien, ¿en qué se diferencian? Por una parte, las medidas de adaptación son aquellas destinadas a actuar sobre los impactos que ya se han producido debido al cambio climático. En cambio, las de mitigación se centran en las causas, es decir, en la prevención antes de que se haya producido el impacto.

Tal y como explica el IPCC, ambas se complementan. Pero en general algunas de medidas de mitigación más comunes que se impulsan desde los gobiernos son:

  • Uso de energías renovables
  • Promoción de la eficiencia energética
  • Fomento del uso del transporte sostenible
  • Planificación y gestión sostenible de los recursos
  • Captura de carbono

Sin embargo, un estudio sobre la economía de adaptación al cambio climático realizada por investigadores de Trinidad y Tobago asegura que las principales medidas de adaptación al cambio climático y las más óptimas para llevar a cabo la transición ecológica son:

  1. Crear un Código Nacional de Construcción: Una normativa a nivel nacional para construir no sólo edificios bioclimáticos y eficientes, sino resilientes al cambio climático. Es decir, viviendas capaces de soportar borrascas, terremotos y fenómenos climáticos extremos.

  1. Restaurar los manglares: Estos son los ecosistemas que más CO2 son capaces de absorber. Además, ayudan a preservar la biodiversidad y protegen a las costas de la erosión, proporcionan leña y sirven como zona de pesca, contribuyendo así al comercio y economía local.

  1. Sistemas de alerta meteorológica: Implementar sistemas que recojan información relativa al clima en cada región y las difundan a tiempo real por la televisión, Internet y la radio. Esto ayudaría a la ciudadanía a prepararse ante impactos de fenómenos extremos – especialmente en los países tropicales-.

  1. Protocolos de emergencia y capacitación: Propuestas para homogeneizar los protocolos de emergencia ante eventos y fenómenos extremo dirigidas tanto a la población general y a las instituciones. Desarrollando programas de capacitación encaminados a formar e informar a los agentes públicos sobre el cambio climático y capacitarles para que puedan dominar situaciones de emergencia.

 

  1. Construir zonas verdes en los tejados de los edificios:Mediante esta medida se colocarían “jardines” en las azoteas de los edificios que ayudarían a climatizar los mismos y absorberían el CO2.

Gracias al esfuerzo por parte de los organismos públicos y a las directrices de organismos como las Naciones Unidas y el IPCC, los países se han puesto las pilas para hacer frente el cambio climático desde todas las áreas: reducción, adaptación y mitigación.

Nosotros a nivel individual, podemos contribuir a esta línea de acción llevando a cabo una vida más ZEO: Apostando por la energía limpia, reduciendo al máximo la huella de carbono asociada al transporte y reformulando nuestro sistema de alimentación y consumo.

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