Según la comunidad climática, 2022 será un año de inflexión para la lucha contra el cambio climático. Los últimos cuatro años hemos logrado establecer las bases de lo que será la hoja de ruta para frenar la emergencia climática y descarbonizar nuestra economía y sociedad.
Los acuerdos y los objetivos logrados a lo largo de las últimas Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático dejan claro que, de tomarnos en serio todo lo pactado, evitaremos el peor escenario posible para la Tierra: un calentamiento global de hasta 5ºC en este siglo.
Algunos indicadores son la prueba de este progreso en la lucha contra el cambio climático. Estamos siendo testigos de un boom en el desarrollo de energías renovables, del aumento de la producción de vehículos eléctricos, de la apuesta por una alimentación más sostenible o de la implementación de nuevos materiales para la edificación bioclimática.
Estos indicadores son la muestra de que estamos comenzando una transición ecológica respaldada por los organismos políticos y la propia sociedad, que parece estar cada día más concienciada sobre la importancia de ser ZEO en su vida diaria, y apostar por el consumo sostenible.
El deshielo de los polos amenaza nuestra sociedad
Al mismo tiempo, existen otros indicadores que nos hacen estar alerta y pensar que nos enfrentamos a un desastre inevitable. A finales del 2021 la comunidad científica advirtió de que en la Antártida, parte de un glaciar del tamaño del Estado de Florida estaba a punto de desprenderse. Por otra parte, los políticos estadounidenses alertaron de que quizá había desperdiciado la oportunidad de promulgar políticas climáticas eficientes.
Además, en los últimos años, hemos sido testigos de cómo las consecuencias del cambio climático están empezando a tener un impacto directo en la sociedad, tanto en la salud de las personas como en el bienestar de las comunidades. Inundaciones, movimientos migratorios, sequías, olas de calor, fenómenos climáticos extremos, proliferación de virus y microorganismos en nuevos ecosistemas, etc.
Nos enfrentamos a un “momento extraño” en la historia. Y es que, tal y como recoge en su Twitter el investigador de energía de la Universidad de Princeton, Jesse Jenkins, parece ser que “ya no estamos totalmente jodidos. ¡Pero también estamos lejos de estar totalmente salvados!“. Esta evaluación de la situación actual, esta sensación de medias tintas, nos obliga a tener que hacer acopio de la esperanza y la positividad. Sin lugar a dudas, dos actitudes que promovemos desde la Plataforma ZEO.
Porque desde la Plataforma ZEO creemos que la lucha contra el cambio climático solamente habrá terminado cuando nos demos por vencidos. Pero mientras sigamos luchando y trabajando para reducir nuestro impacto en el medio ambiente, especialmente a través de la reducción de las emisiones, debemos tener esperanza.
Y es que tal y como recoge el último informe de Climate Action Tracker (CAT), si se cumplen con los objetivos de descarbonización de los países y se respetan los Planes Nacionales de Energía y Clima (PNIEC), en el mejor de los escenarios posibles, lograríamos mantener un incremento de la temperatura global de 1,8ºC, -una cifra que está bastante cerca de los 1,5ºC, el objetivo establecido en el Acuerdo de París 2015-.
Pero este escenario optimista solamente tendría lugar si verdaderamente todos los compromisos de reducción de emisiones anunciados durante la COP26 se cumplieran. Esto implica que los países deberán ser ZEO -cero emisiones-, para 2050. Algo que la propia entidad ve improbable debido a que “la gran mayoría de las acciones y los objetivos marcados para el 2030 son demasiado inconsistentes para poder lograr un balance de emisiones netas cero (a largo plazo, hacia el 2050 o más allá).
La conciencia climática se ha extendido entre la sociedad
Cuando fundamos esta plataforma en el 2017, fuimos los primeros en registrar el dominio zeroemissionsobjective.com. Por aquel entonces solamente se hablaba de “huella de carbono”, “neutralidad climática” o “descarbonización” en los coloquios y eventos científicos. Pero gracias a la labor de los colectivos y entidades ecologistas, la preocupación climática ha crecido y la mayor parte de la población sabe qué es el cambio climático, qué lo provoca y qué debemos cambiar para hacerle frente. Paralelamente a esto, los medios otorgan una mayor cobertura a la crisis climática y los partidos y líderes políticos le dan prioridad en sus agendas políticas.
En este sentido, podemos decir que el pronóstico 2022 es ciertamente bueno: tenemos la voluntad y las herramientas para poner fin al cambio climático. Mientras que la COP26 nos dejó un sabor amargo debido a que las medidas para abordar la crisis climática a nivel global resultaron inconclusas, esperamos con muchas ganas la celebración de la próxima COP27, que tendrá lugar en Noviembre de este año en Egipto.
Porque tal y como adelantó la ministra de Medio Ambiente de Egipto, Yasmine Fuad, la próxima cumbre COP27 será una oportunidad para intercambiar ideas y visiones y para “tomar decisiones justas, equilibradas e integrales para acelerar la adopción de medidas reales contra el cambio climático”.
Los próximos pasos deben ser: cerrar las plantas de combustibles fósiles, prohibir la producción y circulación de vehículos de combustión y migrar a nuevos métodos de producción de alimentos, cemento, acero y otros bienes sostenibles, con relativa rapidez.
Pero todos estos cambios deben llevarse a cabo sin frenar o cerrar la infraestructura que impulsa la economía global. Debe ser una transición gradual, sin pausa, pero sin prisa y, sobre todo, una transición justa que no deje a nadie atrás. Por ejemplo, las medidas de reducción de emisiones deben ir acompañadas de políticas de adaptación y de mitigación del cambio climático, que eviten la destrucción de puestos de trabajo o bien el acceso a la alimentación.
Graduada en Periodismo por la UAB con mención en Sociedad y Cultura. Anteriormente publicando para La Vanguardia en ámbitos de RSC, Empresas, Alimentación y Salud. Máster de Comunicación&Marketing Digital en INESDI y Responsable de Comunicación de PlataformaZEO.
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