Este ha sido el año estrella para la lucha contra el cambio climático. Por una parte, la más positiva, por fin la emergencia climática ha tenido protagonismo en las agendas políticas y la sociedad se ha movilizado, mostrando su apoyo a la justicia climática con nuevos movimientos como Fridays For Future o Extinction Rebellion. 

Por otra parte, la más negativa, toda esta nueva predilección por el cambio climático se ha producido debido a las últimas alertas de la comunidad científica: Si no reducimos emisiones de inmediato, la Tierra podría encontrarse frente a unos límites insostenibles, muy difíciles de manejar.

En la COP25, los políticos intentaron ponerse las pilas para que este escenario que comportará migraciones, pérdida de ecosistemas, sequías e inundaciones, no se convierta en una realidad. Parecen haber sentado las bases para que los países descarbonicen al fin su economía y el transporte, e impulsen una transición a la energía renovable. Todo ello para que en 2050, la mayoría de países firmantes del Acuerdo de París 2015 hayan conseguido ser ZEO -cero emisiones-.

Aun así, la sociedad no puede quedarse de brazos cruzados esperando todos estos cambios y transiciones. A título personal, también podemos realizar acciones para reducir emisiones en nuestra vida diaria y animar a los demás a que también las hagan. Por cada acción enfocada a disminuir la huella de carbono que tomamos, estamos combatiendo la situación de emergencia climática que vivimos.

1. Pásate a una dieta sostenible

Aunque los alarmantes informes de la ONU aseguran que uno de los caminos más rápidos para frenar el cambio climático sea cambiar el sistema alimentario, el veganismo no es la única opción para reducir la huella de carbono de nuestra alimentación.

La ganadería es responsable del 18% de las emisiones GEI que contribuyen el cambio climático. La FAO afirma que este sector es el que más gases de efecto invernadero emite, después del transporte (que representa un 22%) o la energía (que representa un 44%). 

Llevar una dieta sostenible podría reducir la huella de carbono en España hasta un 26%. Tal y como informó la ONG Amigos de la Tierra durante el Día Mundial de la Alimentación la clave es llevar una dieta sostenible basada en:

  • Consumir un máximo de dos veces a la semana carne. Y cuando se consume carne, que esta provenga de ganadería extensiva y ecológica.
  • Aumentar el consumo de frutas y verduras de temporada y reducir la compra de procesados o ultraprocesados. 
  • Comprar más en comercios locales o de proximidad.
  • Reducir la compra de productos envasados y plásticos: Intentar comprar a granel y no utilizar bolsas de plástico para almacenar alimentos en casa.
  • Utilizar apps como Yuka, My Real Food o El Coco para comprar de manera responsable. Estas apps indican la calidad nutricional de un producto pero también si el producto es ecológico o su grado de procesamiento.
  • Evita el desperdicio alimentario: Raciona bien los productos que compra y utiliza apps como Too Good to Go para salvar packs de comida

Llevar una dieta sostenible es una acción para reducir nuestra huella de carbono que también repercute directamente en nuestra salud. Llevar una alimentación ecológica significa también llevar una alimentación más libre de fertilizantes y componentes químicos perjudiciales para nuestra salud. También libre de productos procesados que son elevadamente grasos y azucarados, pero nutricionalmente pobres.

2. Replantéate tu forma de comprar ropa

La industria de la moda es responsable del 8% de las emisiones GEI que provocan el cambio climático. El impacto de la moda muchas veces pasa desapercibido, pero debemos tener en cuenta, por ejemplo, que es mucho mayor que el de la aviación, que ostenta un 2% de las emisiones globales.

La industria de la moda genera una huella hídrica excesivamente elevada: Para fabricar unos tejanos, por ejemplo, son necesarios unos 7.000 litros de agua. Además, el 75% de la ropa que producimos acaba en vertederos incinerada. 

Según datos recogidos por la UNCTAD, la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo y Comercio, cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a 3 millones de barriles de petróleo. Es más, un 20% de los vertidos tóxicos que flotan por nuestros mares poniendo peligro la biodiversidad marina y la capacidad de los océanos como sumideros de carbono, provienen del sector textil.

Por eso este 2020, la frase “Dime como vistes y te diré quien eres” debe ser nuestra mayor preocupación a un nivel ambiental. Para conseguir reducir nuestra huella de carbono es importante vestir de una forma consciente:

  • Comprar ropa eco o orgánica, siempre que podamos en comercios locales y de proximidad. Mira las etiquetas y certificados que acrediten una producción sostenible.
  • Si compramos ropa ecológica por internet es importante que el comercio online permita compensar las emisiones del transporte. Si no es así, y el paquete viene de fuera de España, es mejor buscar alternativas más ZEO para adquirir nuestra ropa.
  • Comprar ropa de segunda mano en tiendas físicas u online con aplicaciones como Vinted o Vibbo. Vigilando también de dónde viene el vendedor y cómo reducir la huella de carbono de la adquisición de ese producto.
  • Intercambiar ropa con tus amigos.
  • Buscar marcas que producen ropa con materiales reciclados.
  • Utilizar apps de alquiler de prendas. Si lo que quieres es vestir un armario renovado y a un coste asequible puedes sumarte al fashion renting
  • Aficiónate a la costura. Transforma y convierte tu ropa antigua en prendas modernas y al día. Y si no, dónala a organizaciones sin ánimo de lucro o deposítala en puntos de reciclaje habilitados.

3. Únete a un colectivo o asociación por el clima

Este 2019 pasará a los anales de la historia como el año en el que la lucha social por el cambio climático consiguió un nivel tan global que se celebraron manifestaciones simultáneas en más de 1.000 ciudades de casi 200 países.

Desde que Greta Thunberg empezó su huelga escolar por el clima frente al Parlamento Sueco a finales de 2018, el movimiento Fridays For Future se ha convertido en todo un fenómeno social gracias a la atención mediática recibida.

En múltiples ocasiones las movilizaciones por el clima han repercutido en decisiones políticas a favor de la emergencia climática. Como por ejemplo en Reino Unido, donde el grupo Rebellion Extinction paralizó Londres demandando más acción climática por parte del gobierno inglés. Días después Reino Unido declaró el Estado de Emergencia Climática y meses después lo hicieron otros gobiernos como, el español, el irlandés o el francés -atendiendo a las manifestaciones y movilizaciones vividas en sus países-.

Es por eso que te animamos a que te unas, de una forma u otra, a cualquiera de los colectivos que luchan diariamente para frenar el cambio climático organizando acciones ZEO -cero emisiones- o de concienciación. En redes sociales es posible seguir la actividad de entidades y organizaciones como Fridays For Future, Rebellion Extinction, Madres por el Clima o PlataformaZEO.

Este 2020 puedes sumarte a acciones a favor del medio ambiente como recogidas de basura en bosques o playas, actividades para ampliar tus conocimientos como conferencias o charlas sobre cambio climático, amenazas y oportunidades, o también talleres sobre consumo sostenible: Eficiencia energética, desperdicio alimentario, reciclaje creativo o talleres de cocina de recuperación. 

Aunque sobre todo lo más importante es tomar parte activa de este momento de lucha histórica a favor del medio ambiente sumándose a las manifestaciones y movilizaciones por el clima que se dan periódicamente en nuestras ciudades.

4. Haz que tu consumo energético sea ZEO

El sector energético es responsable de alrededor del 42% de emisiones GEI que generan el cambio climático. Nuestro actual sistema de suministro energético proviene en su mayoría, de fuentes de energías fósiles, las mayores emisoras de CO2 del planeta.

La pregunta frente a esta situación es ¿Ha llegado el momento de una transición al autoconsumo eléctrico? Si bien el autoconsumo eléctrico ya goza de todas las garantías legales y administrativas, para muchos, aún supone un coste económico poco asumible. Aun así, este sector cuenta cada vez con más facilidades para conseguir la soberanía energética de los hogares. 

En la última década el precio de las placas solares fotovoltaicas ha bajado casi un 90% y algunas entidades bancarias eco-conscientes están concediendo financiaciones a largo plazo que permiten recuperar la inversión en un plazo máximo de 15 años.

Además, algunas iniciativas de compra colectiva de placas solares como Col·lectiu Solar y otras permiten la adquisición e instalación de placas reduciendo un 40% su coste y recuperando la inversión en 4 o 6 años, dependiendo de la potencia instalada. 

Las comercializadoras también están tomando acciones favorables al autoconsumo solar. Este 2019, gracias a la aprobación del Real Decreto del Autoconsumo 244/2019 ya es posible devolver a la Red Eléctrica de España el excedente energético que consumen nuestras placas solares durante el día y recuperarlo a la noche. En el caso de que, como sucede en la mayoría de instalaciones fotovoltaicas la vivienda no cuente con baterías.

Pero si aún no te has decidido a dar el paso a la autonomía energética, puedes conseguir que tu consumo sea ZEO -cero emisiones-, cambiando el suministro energético a compañías de energía renovable. 

5. Abraza una movilidad más sostenible

Hay muchas formas de reducir la huella de carbono del transporte, un área responsable de aproximadamente el 20% de emisiones GEI que provocan el cambio climático. La dependencia del sector del transporte de los combustibles fósiles tiene los días contados. 

La mayoría de grandes ciudades europeas incorporarán Zonas de Bajas Emisiones a lo largo de la próxima década y los nuevos pronósticos para la descarbonización de la economía auguran la normalización del vehículo eléctrico en los próximos 20 años.

Es por eso que para este 2020, debemos ponernos como objetivo valorar otras opciones de movilidad sostenible. Si para tu movilidad diaria el transporte público, la bicicleta o el patinete eléctrico no son una opción, replantéate la adquisición de un vehículo eléctrico.

En la actualidad, los coches eléctricos cada vez tienen más autonomía y algunas marcas están sacando al mercado modelos más asequibles para el bolsillo del ciudadano común. Aunque los vehículos ZEO -cero emisiones- pueden ser unos 13.000 y 5.000€ más baratos que los convencionales, el ahorro anual en gasolina oscila los 1.000€.

Además, los gobiernos regionales y locales cada vez establecen más ayudas para pasarse al vehículo eléctrico con iniciativas como los planes MOVES por parte del Estado español, los planes autonómicos o las deducciones fiscales por la compra de coches eléctricos. 

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