¿Qué gases de efecto Invernadero provocan el calentamiento global?

Para hacer frente a la emergencia climática, es necesaria la implicación de todos los gobiernos, las empresas e instituciones privadas y la ciudanía de a pie. Porque tal y como recoge el plan Fit for 55 de la Unión Europea y el Acuerdo de París 2015, para evitar que la Tierra llegue a una situación de no retorno necesitamos reducir un 55% las emisiones para 2030 y ser ZEO – cero emisiones- para 2050.

Ahora bien, la única vía para poder cumplir con estos objetivos es reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que provocan el cambio climático. Y es que, tal y como afirma el 99% de la comunidad científica, el principal causante del calentamiento global, es decir, del incremento de la temperatura del Planeta, son precisamente estos gases.

Antes de conocer cuáles son estos gases y cuál de ellos es el que más contribuye al cambio climático, debemos tener en cuenta que el efecto invernadero es, en realidad, un fenómeno natural que ayuda a mantener el nivel medio de temperatura en la superficie del planeta.

Se trata de un mecanismo esencial para garantizar la vida en la Tierra. De hecho, si este fenómeno no tuviera lugar, la temperatura media del Planeta sería de 18°C bajo cero en lugar de la media actual que es de 15°C.

El “efecto invernadero” es el efecto por el cual el calor del sol que llega a la tierra no es rebotado de nuevo al espacio en su totalidad, si no que un pequeño porcentaje permanece en la atmosfera dando lugar a una temperatura ideal para la vida del planeta tierra.

Y es que la superficie de la Tierra absorbe naturalmente el 70% de la radiación solar, mientras que el resto de radiación se refleja y vuelve al espacio mediante el mecanismo conocido como reverberación. La radiación solar absorbida se transforma en radiación infrarroja y regresa a la atmósfera.

Posteriormente, parte de esta radiación infrarroja se refleja de vuelta al espacio, mientras que, la otra parte, es retenida en la atmósfera por los Gases de Efecto Invernadero, elevando la temperatura global del planeta. Denominamos a este fenómeno el efecto invernadero.

Es importante entender que el efecto invernadero es fundamental para el clima de la Tierra. El problema es que la concentración de una mayor cantidad de Gases de Efecto Invernadero en la atmósfera también ha provocado que se retenga una mayor cantidad de luz solar infrarroja. Este hecho ha propiciado un incremento generalizado de la temperatura media del Planeta, dando pie al calentamiento global de la Tierra.

Una vez conocemos cómo funciona el efecto invernadero y cómo la alteración de los niveles de los gases GEI, producidos por la actividad humana puede trastocar completamente el clima, provocando el cambio climático de la Tierra, es importante conocer cuáles son estos Gases y cuál es el que más contribuye a este fenómeno.

El dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso son los principales Gases de Efecto Invernadero

Los principales Gases de Efecto Invernadero son el dióxido de carbono (CO2), el metano y el óxido nitroso. También se consideran gases GEI, aunque con un menor nivel de potencial de calentamiento global, el Vapor de agua (H2O) y el Ozono (O3).

En este sentido, debemos tener en cuenta que el CO2 permanece en la atmósfera hasta mil años, mientras que el metano lo hace durante una década y el óxido nitroso durante aproximadamente 120 años. Si hacemos el cálculo teniendo en cuenta un período no superior a los 20 años, veremos que el metano tiene un potencial de calentamiento 80 veces mayor que el CO2, mientras que el óxido nitroso es hasta 280 veces más potente.

Es decir, si miramos los números absolutos, veríamos que el potencial del óxido de nitroso, gas generado por actividades incluidas en los sectores como la agricultura, el transporte y la industria, es mucho mayor que el del dióxido de carbono.

Sin embargo, el CO2 es el gas que más contribuye al cambio climático a largo plazo, debido a que el volumen de emisiones de dióxido de carbono es mayor que el del metano y el óxido nitroso y a que es el que se mantiene mayor tiempo en la atmosfera. Precisamente por este motivo, la mayoría de observatorios y organismos oficiales utilizan la unidad de medida de “CO2 equivalente” para realizar sus cálculos y cómputos globales sobre emisiones y cambio climático. De hecho, en la mayoría de informes y documentos oficiales de las Naciones Unidas se presentan las nuevas cifras y datos en esta unidad de medida.

De todos modos, es importante analizar al detalle y conocer cuáles las actividades que causan la emisión de estos tres principales Gases de Efecto Invernadero:

• Metano: producción de arroz y fermentación entérica del ganado lechero y no lechero, es decir, los gases producidos por las flatulencias del ganado. Además, también genera metano la producción de estiércol, las emisiones generadas por el ganado no lechero, extracción de petróleo y gas, las emisiones generadas por el sector industrial, aguas residuales, rellenos sanitarios, etc.

• Dióxido de carbono: existen un gran número de actividades que generan dióxido de carbono. Sin embargo, la mayor fuente de emisiones de CO2 procede de la combustión del carbón, petróleo y gas de las centrales eléctricas, los automóviles y las instalaciones industriales.

• Óxido nitroso: Procesos llevados a cabo en agricultura intensiva, la quema de biomasa y combustibles fósiles, el uso de fertilizantes nitrogenados y la deforestación.

La atmósfera terrestre cada vez tiene una concentración más alta de Gases de Efecto Invernadero. Las actividades humanas, como la cría de ganado o el uso de vehículos que funcionan con combustibles fósiles, generan grandes cantidades de gases GEI. Por lo tanto, conducen a la aparición de un efecto invernadero adicional que aumenta la temperatura media del planeta.

¿Cuál es la situación de las emisiones GEI en España?

Este 2022 las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en España aumentaron un 5,7% con respecto a 2021. Según el Observatorio de la Sostenibilidad, el motivo de este incremento en la huella de carbono del país se debe a que, tras la pandemia y la vuelta a la nueva normalidad, el transporte por carretera se reactivó y la mayoría de centros de producción volvieron a estar 100% operativos.

Por otro lado, debido a la sequía, la producción de energía hidráulica disminuyó un 40%, provocando de nuevo, un incremento del uso de combustibles fósiles para generar energía.  Además, según los datos del propio Observatorio, el conflicto en la Guerra de Ucrania también ha influido a truncar la racha de “reducción de emisiones” que España había conseguido desde 2017.

Y es que, en los últimos años, España había logrado reducir las emisiones de CO2 pasando de 338.844 miles de toneladas de CO2 equivalente en 2017, a 274.742 en 2020. Si observamos los datos con cierta perspectiva veremos que en realidad se ha avanzado mucho en el camino hacia los objetivos ZEO propuestos por la ONU.

Si comparamos los del último año, con los de la década de los 2000, veremos que, si se comparan con las de 2005, hemos reducido las emisiones un 31%. Según el propio Observatorio de la Sostenibilidad, esto se debe a que, progresivamente, hemos logrado substituir el gas natural por fuentes de energía renovable como la eólica, la fotovoltaica y la termosolar. Esto ha dado pie a una reducción de la huella de carbono a largo plazo.

Los Gases de efecto Invernadero son la principal causa del cambio climático. Si queremos lograr mantener por debajo de 1, 5º C el calentamiento global de la Tierra, debemos activar nuevos planes, estrategias y medidas para reducir la emisión de estos gases y evitar daños irreversibles para los ecosistemas y las personas que habitan el planeta.

Porque tal y como dice Greta Thunberg, principal precursora el movimiento Fridays For Future, “debemos actuar de inmediato, porque no hay un Planeta B”.