En la última década, el autoconsumo solar fotovoltaico ha ido ganando terreno en el campo de las renovables. En la actualidad, este sistema de obtención de energía se posiciona como una de las soluciones energéticas más ZEO y económicas del mundo.

En 2022, el drástico incremento del precio del gas y del resto de fuentes de energía de origen fósiles debido al conflicto entre Rusia y Ucrania, aceleró la transición hacia la energía sostenible. La sociedad pudo comprobar la urgente necesidad de reducir el consumo de gas y apostar por otras soluciones sostenibles y/o renovables.

Y es que, aunque al principio se decía que la Guerra de Ucrania iba a provocar un retroceso en el campo de las renovables, finalmente, según los expertos y politólogos, Rusia ha perdido la llamada “guerra energética”. Europa no ha cedido a la guerra de precios de Rusia: los países de la Unión Europea se han negado a entrar en el juego y han optado por la energía ZEO.

Y todos estos condicionantes han dado pie a un incremento sustancial en el autoconsumo solar fotovoltaico en toda Europa. En España, por ejemplo, el año pasado la potencia instalada de autoconsumo se duplicó. Y no sólo eso, los expertos aseguran que este sistema de obtención de energía seguirá creciendo de forma drástica en los próximos años.

De hecho, desde la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), Jon Macías, el presidente de la sección de autoconsumo, asegura que, con el ritmo que llevamos ahora, en 2025 se cumplirán los objetivos de potencia instalada recogidos en la Agenda 2030. Con esta cifra, España cumplirá con los objetivos de las Naciones Unidas cinco años antes de lo previsto.

Precisamente por este motivo, diversas asociaciones vinculadas a la promoción del autoconsumo han pedido al gobierno el establecimiento de objetivos más ambiciosos en este ámbito.

Y es que, desde 2015, la potencia de autoconsumo solar instalada en España ha aumentado considerablemente. Los españoles cada vez son más conscientes de los beneficios de la soberanía energética, especialmente desde que en marzo de 2020 entró en vigor en España la normativa que permite compensar los excedentes energéticos del autoconsumo.

Según la UNEF (Unión Española Fotovoltaica), de los 21 megavatios (MW) instalados en 2015 en España, se han pasado a 1.203 MV en 2021 y 2.507 en 2022. Hablamos de un volumen de energía fotovoltaica equivalente a la energía generada por tres centrales nucleares.

Y, precisamente, estos hitos en el ámbito del autoconsumo solar no hubieran sido posibles sin la implicación por parte de particulares, comunidades, ayuntamientos y empresas, que han apostado por este sistema de suministro energético ZEO.

Soluciones como la compra colectiva de placas solares han permitido a comunidades de vecinos y pequeñas urbanizaciones poder pagar este tipo de instalaciones casi a precio de coste.

En este contexto nacen las comunidades energéticas, otra de las soluciones para impulsar el autoconsumo solar fotovoltaico compartido a escala local: en barrios, urbanizaciones, localidades e incluso pequeños municipios.

¿Qué son las comunidades energéticas locales?

Las comunidades energéticas locales son sistemas de autoconsumo colectivo en los que diferentes ciudadanos se benefician de la energía limpia que producen. Se trata de un modelo ZEO que aporta beneficios sociales y económicos positivos tanto para las personas, como para el Planeta.

Un ejemplo de comunidad energética podría ser el de un barrio específico ubicado a las afueras de una ciudad, en el que se encuentran diferentes viviendas, comercios o industrias, que comparten la energía que producen para hacer un uso más sostenible y justo.

Lo más habitual es que estas comunidades energéticas utilicen placas solares fotovoltaicas para producir la energía ZEO, que posteriormente se repartirá entre los diferentes miembros que conforman la agrupación. Aunque también podríamos encontrar comunidades energéticas que se abastecen de energía limpia mediante otros sistemas renovables, como los molinos eólicos.

En ambos casos, no sería necesario que todos los participantes tengan placas solares o molinos eólicos instalados en sus casas.

En las comunidades energéticas las personas se dan de alta en una comunidad para poder recibir parte de la energía que están produciendo los paneles solares repartidos por todo el barrio, polígono o bloque de viviendas.

De esta forma, pueden empezar a ahorrar en la factura de la luz y disponen de un suministro de energía ZEO- cero emisiones-.

Es decir, las comunidades energéticas son una manera de que aquellas personas que no disponen de un nivel adquisitivo tan elevado, puedan disfrutar de un suministro energético 100% limpio, barato y no sujeto a los cambios del mercado energético y/o comercializadoras.

¿Cómo puedo crear una comunidad energética?

Antes de pensar en crear una comunidad energética es importante realizar un análisis de las posibilidades que ofrece el lugar donde queremos activarla.

Previamente, es necesario hacer un estudio de las personas que podrían estar interesadas en unirse a la misma. De nada sirve desplegar todos los mecanismos para activar una comunidad energética, si los vecinos del lugar no están concienciados con el cambio climático o no tienen ningún tipo de intención de unirse a la misma.

También es fundamental identificar previamente cuáles serán los lugares o espacios más adecuados para realizar la instalación de placas solares. Puede ser un solar comunitario o bien una gran azotea de un bloque de pisos.

 Y, sobre todo, es esencial poner especial cuidado en cómo será la financiación:

  • ¿Es posible conseguir alguna ayuda institucional?
  • ¿Existe algún comercio o comunidad de propietarios dispuesto a realizar la inversión inicial? (que después recuperarían a lo largo de un tiempo)
  • ¿Es posible solicitar algún préstamo verde a un banco u organización que se dedique a este tipo de gestiones?

Una vez respondidas todas estas preguntas, los miembros de la comunidad deben organizarse y repartir las tareas para activar la instalación de las placas solares fotovoltaicas y gestionar los acuerdos pertinentes con la Red Eléctrica, consiguiendo integrar todos los sistemas.

¿Cuántas comunidades energéticas existen en España?

Este sistema de autoconsumo compartido aún no se ha expandido y estandarizado en España. Precisamente por ello, aun no disponemos de un listado de las comunidades energéticas que existen en el país.

Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), debemos tener en cuenta que, en España, el problema de la dependencia energética es muy importante. Casi el 70% de la población depende energéticamente de las comercializadoras y, por ende, de los cambios en las tarifas y el precio de la luz.

Esto da pie a un incremento de la pobreza energética entre los colectivos más vulnerables.

Por este motivo, el IDAE está brindando ayudas y fondos para crear entidades que favorezcan o impulsen la creación de las comunidades energéticas.

Por el momento existe la cooperativa Sapiens, que ayuda a crear comunidades energéticas locales en pequeños municipios de Valencia, o Edinor, que analiza y detecta comunidades energéticas potenciales y les brinda de las ayudas necesarias para lograr el autoconsumo compartido y comunitario.

¿Qué diferencia hay entre el autoconsumo compartido y las comunidades energéticas locales?

Habitualmente, el autoconsumo solar compartido se da en comunidades de vecinos que disponen de una instalación fotovoltaica, producen energía solar y la reparten entre los propios vecinos.

En el caso de las comunidades energéticas, la implicación de la ciudadanía es mucho más amplia y va mucho más allá del suministro energético en el hogar.

En comparación al autoconsumo compartido, las comunidades energéticas locales suelen establecerse como entidades sin ánimo de lucro que trabajan para conseguir un beneficio común entre todos los participantes.

En el autoconsumo solar compartido, para obtener energía limpia debes contribuir a la compra colectiva de las placas solares. Mientras que, en la comunidad energética, no es obligatorio realizar ningún tipo de inversión, especialmente si dispones de recursos limitados, para poder disfrutar de un suministro energético ZEO -cero emisiones-.

Además, las comunidades energéticas también tienen un fuerte componente de concienciación. No solo se trata de instalar placas solares, generar energía limpia y ahorrar, la idea es formar a los participantes de la comunidad a adoptar hábitos sostenibles de forma general en su vida diaria.

Desde la Plataforma ZEO no queremos quitar méritos al autoconsumo compartido convencional. Es realmente positivo para la lucha contra el cambio climático que las comunidades de vecinos se autogestionen e instalen placas solares, pues esto les permitirá ahorrar en su factura de la luz y reducir las emisiones derivadas de su suministro energético.

Si embargo, las comunidades energéticas suponen una opción más viable para lograr una transición ecológica justa y equitativa, permitiendo que las personas que no disponen de los recursos necesarios, puedan lograr una autonomía energética y reducir su huella de carbono.

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