Cada vez son más las ciudades que restringen su tráfico para que haya un menor número de coches contaminantes circulando por sus calles y que, por lo tanto, se emitan menos gases nocivos para el aire que respiramos entre todos y por el cambio climático.
En el caso de Barcelona, por ejemplo, este 2020 se ha restringido la circulación de los coches que no tengan el distintivo ECO, es decir, que sean fabricados aproximadamente durante la década de los 90 y que emitan más gases contaminantes de los permitidos por la ley. Esta es una normativa que sigue los pasos que ya dio la capital española con el caso de Madrid Central, una idea que eliminaba la circulación por el centro de la ciudad y que, con el tiempo, se demostró como una medida ZEO muy eficaz.
El efecto de estas medidas
Estas medidas ZEO, que ayudan al hecho que se emitan menos gases GEI a la atmósfera, ya han provocado algunos efectos positivos para la conservación del medio ambiente. Por ejemplo, en Cataluña el 12% de los turismos más vendidos estos últimos meses han sido los coches menos contaminantes. Esta creciente demanda por estos automóviles de bajas emisiones ha sido debida al hecho que, precisamente, este tipo de coches pueden circular sin problemas por la ciudad de Barcelona.
La cuota de mercado de los vehículos híbridos, de gas y eléctricos se ha doblado, pese a que los coches de gasolina son los más vendidos. Esto indica una tendencia al alza respecto a la venta de vehículos respetuosos con el medio ambiente y, por lo tanto, una mayor concienciación por parte de la población de las grandes ciudades.
En el caso de Madrid Central, por ejemplo, se demostró que la contaminación disminuyó desde los primeros días de aplicación de esta medida ZEO, y que la calidad del aire mejoró en la capital española. Este tipo de campañas, englobadas en los Planes por la calidad del aire y por el cambio climático de los ayuntamientos, se demuestran altamente efectivas desde los primeros momentos de su aplicación. También demuestran una tendencia al cambio que es posible todavía manteniendo el ritmo de vida que se desarrolla en la actualidad.
Como punto de inflexión todavía negativo, hay que destacar que estas ciudades necesitan más medidas ZEO que hagan que el tráfico en su aspecto global acabe para disminuir y se reduzca a lo largo de los próximos meses y años. A pesar de que los coches o motos que circulen sean más respetuosos con el medio ambiente, hace falta una reducción drástica de vehículos en las calles de las grandes ciudades para que la calidad del aire mejore y que se produzcan menos emisiones de CO₂.
Además, desde que la mayoría de países firmantes del Acuerdo de París se comprometieron a la neutralidad climática por el año 2050, la electrificación del transporte se ha convertido en una transición que se tendría que empezar a extender y normalizar en toda Europa.
El futuro de las ciudades medianas
De ahora en adelante, son todavía muchos los retos que se plantean, especialmente, para las ciudades medianas, que igualmente producen mucha contaminación a causa del gran volumen de coches que circulan por sus calles y cercanías. Para que estas medidas ZEO puedan acabar de beneficiar al medio ambiente y que se reduzcan las emisiones de CO₂, hace falta que cada vez sean más las ciudades que adapten medidas de este tipo. De este modo los consumidores optarán por la compra de vehículos menos contaminantes o utilizarán más el transporte público.
Precisamente, incentivar el uso del transporte público tendría que ser el objetivo final de unas medidas ZEO destinadas al hecho que el aire de las ciudades esté menos contaminado y que, aparte de reducir el nivel de emisiones de CO₂ de la atmósfera y de mejorar la pureza de nuestra atmósfera, se mejore la salud de los ciudadanos de todo el mundo. Y es que respirar contaminación puede ser gravemente perjudicial para la salud, y las medidas restrictivas de contaminación pueden ser un gran paso adelante para poder mejorar todos estos aspectos del mundo actual.
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