El 13 de noviembre de 2021 finaliza la COP26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) de Glasgow, un día después de lo previsto. Se trata de un encuentro decisivo para conseguir a nivel global, los acuerdos que nos permitirán lograr una sociedad más sostenible y ZEO-zero emissions objective-, en las próximas décadas.

Las valoraciones de los movimientos activistas quedan reflejadas en algunos tuits de sus representantes. Por ejemplo:

“La COP26 ha sido una conferencia de exclusión,­­­ de exclusión para las personas que están siendo más afectadas por la crisis climática, mientras a los representantes de los combustibles se les da cancha ancha”.

“La COP26 ha sido la más excluyente de la historia. Ha sido el festival del greenwashing del norte. Una celebración de 2 semanas de negociaciones y del habitual ‘blah blah blah’”

“Un golpe de realidad. La #COP26 debía mantener el objetivo de llegar a 1,5ºC vivo. Sin embargo, el borrador actual nos brindaría un incremento de 2,4ºC. Esto es una sentencia de muerte para comunidades como la mía”.

Al parecer, todos coinciden en la poca ambición y en que los compromisos climáticos han sido insuficientes. La mayoría de activistas y representantes políticos inciden en que serán las pequeñas comunidades rurales o los países en vías de desarrollo los más afectadas por estas decisiones. 

Estas son las opiniones de la exigente comunidad climática. Ahora bien, ¿realmente es tan malo el balance de esta COP26? ¿Cómo han ido las negociaciones a lo largo de estos 14 días? ¿Qué ha conseguido este encuentro internacional desde que empezó el 31 de octubre?

 La clausura de la COP26: Pospuesta por falta de acuerdos

El viernes 12 de noviembre, el presidente de esta COP26, Alok Sharma, indicó que las sesiones plenarias para adoptar decisiones y aprobar los borradores tendrían lugar el sábado 13 de noviembre. La sesión se clausuraba un día después debido a la falta de acuerdos.

Y es que el primer borrador de la “Declaración de Glasgow” presentado el 9 de noviembre, no hacía mención en ninguna de sus páginas, a la eliminación de los combustibles fósiles. Organizaciones como Greenpeace, no dudaron en denunciarlo y catalogar el documento como “excepcionalmente débil”.

La única forma de conseguir la neutralidad climática para 2050 es poner fin a los combustibles fósiles o reducir de forma drástica su extracción y consumo en los países desarrollados. Tal y como afirmó Greenpeace, este punto “es clave para lograr limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5ºC”.

Para la ONG, la poca ambición de este primer borrador fue un hecho inaudito que auguraba la poca efectividad con la que, previsiblemente, se ha catalogado posteriormente esta COP26.

Según Greenpeace, habitualmente los primeros borradores del encuentro habían sido realmente ambiciosos, mientras que después, por las presiones de algunos países, se iban debilitando. Por el contrario, este primer documento fue realmente “débil” debido a las presiones de los bloqueadores (o grandes productores de petróleo), como Arabia Saudí o Australia.

Según Greenpeace, habitualmente los primeros borradores del encuentro habían sido realmente ambiciosos, mientras que después, por las presiones de algunos países, se iban debilitando. Por el contrario, este primer documento fue realmente “débil” debido a las presiones de los bloqueadores (o grandes productores de petróleo), como Arabia Saudí o Australia.

A partir de ese momento, los negociadores solo tenían cinco días para alcanzar un acuerdo que sentara las bases para afrontar la crisis climática y concretar un texto final para que los países lo firmen.

El compromiso de China y EEUU

Quizá uno de los anuncios más positivos para la lucha contra el cambio climático es que China y EEUU han anunciado un plan conjunto para reducir las emisiones.

Ambos países son los dos mayores emisores de Gases de Efecto Invernadero (GEI) generando aproximadamente un 40% de las emisiones GEI globales. En el 2019 China fue responsable del 27% de ellas, mientras que Estados Unidos generó un 11%.

Sin embargo, si analizamos el cómputo histórico de emisiones, vemos que la contribución de Estados Unidos al cambio climático es mucho mayor que la del país asiático.

Según la organización Carbon Brief, desde el año 1850, China ha emitido 284.000 millones de toneladas de CO2. Estados Unidos, por otro lado, se industrializó décadas antes y ha liberado 509.000 millones de toneladas de CO2, el doble.

Por este motivo, EEUU y la Unión Europea apadrinaron un pacto en el marco de esta COP26 sobre la reducción de emisiones, al que posteriormente se sumaron 103 países. Este acuerdo establece como meta lograr reducir un 30% el metano generado por el ser humano.

No obstante, aunque China inicialmente se ha negado a adherirse a este pacto, si se ha comprometido a desarrollar un plan de acción nacional integral y ambicioso sobre la generación de metano. Un plan que le permitirá conseguir un efecto significativo en el control y la reducción de las emisiones de este gas en la década de 2020.

El informe de Climate Action Tracker

Pese a todos estos avances, poco después de anunciar el primer borrador de la COP26 y de la denuncia de Greenpeace, el centro de estudios Climate Action Tracker (CAT) publicó la actualización de los datos sobre las perspectivas de aumento de las temperaturas con motivo de las negociaciones de la conferencia de Glasgow.

Las estimaciones revelaron que de aprobar los borradores presentados el 9 de noviembre, el mundo se dirigirá a un calentamiento global de al menos un 2,4 ºC o, incluso superior, a finales del siglo.

Sin embargo, tras el anuncio de China y EEUU de incorporar la meta de emisiones cero en sus estrategias a largo plazo, CAT anunció que se podrían llegar a recortar tres décimas (0,3 ºC) en su previsión, hasta situar el aumento de las temperaturas a 2,1 ºC (siempre respecto a los niveles preindustriales).

La entidad anunció que el pronóstico más optimista sería lograr un incremento del 1,8 ºC – una cifra mucho más cercana a la que se recoge en el Acuerdo de París 2015-. Aún así, este escenario solo se daría si verdaderamente todos los anuncios de emisiones cero para 2.050 se cumplieran.

Algo que la Carbon Action Tracker ve poco probable debido a que “La gran mayoría de las acciones y los objetivos marcados para el 2030 son inconsistentes con los objetivos para lograr un balance de emisiones netas cero (a largo plazo, hacia el 2050 o más allá).

Existe una brecha entre las políticas de los gobiernos y los objetivos ZEO

“Y es que existe una brecha de casi un grado centígrado entre las actuales políticas de los gobiernos y sus objetivos de emisiones netas cero”, aseguró Bill Hare, director ejecutivo de Climate Analytics, una organización socia de CAT, en declaraciones a La Vanguardia.

Pese a que más de 140 gobiernos anunciaron un balance de emisiones netas cero para 2050, esto no es suficiente. El análisis hecho por CAT sobre lo que están haciendo en este punto estos 140 países, muestra que sólo un pequeño número de ellos presenta documentos “aceptables” acompañados de planes reales para alcanzarlo. Es decir, que, por el momento, parece haber “mucho ruido y pocas nueces”.

El resultado final

La mañana del sábado 13 de noviembre a las 9h se presentó el nuevo borrador. El sábado por la noche pudimos saber que esta COP26 había dejado más preguntas abiertas que respuestas concretas ante la crisis del clima.

Las dos grandes metas de este encuentro internacional era conseguir que el calentamiento global de la Tierra no superase los 1,5 ºC y llegar al techo de 100.000 dólares anuales de financiación internacional de la acción climática. La primera ya sabíamos que se incumpliría antes de empezar la COP26, mientras que la segunda sigue siendo un tanto difusa.

Con respecto a la primera meta, representantes de la COP26 han asegurado que, aunque el objetivo de los 1,5ºC siempre ha estado sobre la mesa durante todos estos días, su pulso es débil y por el momento, según todo lo acordado y firmado en papel por los países, aun no es posible lograrlo. Parece ser que tal y como indicó el informe de Carbon Action Tracker mencionado anteriormente el mejor escenario sería lograr un incremento de 1,8 ºC si se cumpliera la meta “emisiones cero” la que se han sumado 140 países.

La era de los combustibles fósiles llega a su fin

Con respecto a los combustibles fósiles, el segundo borrador recogía la necesidad de eliminar los subsidios a los combustibles fósiles y catalogar las centrales térmicas de carbón como incontrolables. El hecho de no incluir la palabra “eliminar” o “veto” a los combustibles fósiles, dejaba en abierto la supuesta proliferación de estos sistemas de obtención de energía.

Tal y como informó el medio El Mundo, a última hora, cuando el texto ya estaba prácticamente cerrado, India y China ablandaron aún más su contenido y cambiaron “eliminación progresiva” por una “reducción progresiva”. Los cambios restaron considerablemente fuerza a la cláusula, pero la directora ejecutiva de Greenpeace International, Jenniger Morgan, aseguró que se trata de “una clara señal de que la era del carbón está tocando a su fin”.

Lo más positivo de esta COP26 es que, a partir de ahora, todos los países deberán revisar sus Planes de descarbonización anualmente, y no cada cinco años.

En este sentido, la próxima COP27 de Egipto podría ser un escenario ideal para lograr finalmente cumplir con los objetivos recogidos en el Acuerdo de París 2015.

Sin lugar a dudas, no podemos decir que esta COP26 haya sido un fracaso, pero tampoco un éxito. Algunos logros como los acuerdos contra la deforestación o para reducir las emisiones de metano, como el mencionado anteriormente, así como que China y EEUU hayan anunciado un plan conjunto para reducir las emisiones, son muy positivos para la acción climática.

Pero tal y como apuntaban los tuits del inicio de este artículo, esta puede haber sido también una de las cumbres más excluyentes debido a la escasa representación de la sociedad civil y las comunidades indígenas.

Aunque los avances no han sido suficientes, debemos mirar al futuro con cierta esperanza: cada vez estamos más cerca de lograr una sociedad ZEO. Existe la voluntad y el compromiso, ahora solo falta lograr la acción.

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