Para poder limitar a 1,5ºC el calentamiento global de la Tierra y cumplir con los objetivos definidos en el Acuerdo de París (2015), debemos reducir rápidamente las emisiones GEI provocadas por el ser humano. La forma más práctica de conseguirlo es prohibir paulatinamente el uso de combustibles fósiles, tanto en el ámbito de la movilidad, como en el de la generación energética.

Sin embargo, las emisiones de CO2 procedentes de la combustión de carbón, gas y petróleo siguen creciendo a escala global. En 2018 alcanzaron un nuevo récord: 36.600 millones de toneladas de CO2. Es decir, un 61% por encima de los niveles registrados en 1990.

En España, la energía ZEO supera a los fósiles

Pero paralelamente a esto, en determinadas regiones o países desarrollados y durante ciertos períodos de tiempo, las fuentes de energía renovable han experimentado un gran boom. Por ejemplo, en España, durante el primer trimestre de 2021, la energía renovable superó a la no renovable con un 51,4% de energía limpia generada.

Y en el último semestre del año, la energía eólica se convirtió en la primera fuente de generación eléctrica del país, sobrepasando la Energía Nuclear, que siempre había sido la más utilizada con un 23% del total.

Sin embargo, además de estos avances hacia una energía más limpia, en los últimos años también se ha creado un amplio debate entorno a la energía nuclear. ¿Debería considerarse una fuente de energía limpia? ¿Podría ser una alternativa óptima para poder reducir al máximo las emisiones de CO2 y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París 2015?

La Comisión Europea reconocerá la energía nuclear como verde, sólo hasta 2045

A principios de enero de 2022, la Comisión Europea planteó el reconocimiento de la energía nuclear como una fuente de energía verde, al menos hasta 2045. A través de una polémica propuesta legal de 60 páginas lanzada desde Bruselas, clasificó la energía nuclear y el gas como necesarias para lograr la transición hacia el suministro energético ZEO.

El borrador recoge una nueva clasificación de las actividades del sector energético que se consideran sostenibles para el medioambiente. Según el documento, “la nuclear y el gas son clasificadas en la segunda categoría de la taxonomía, es decir, entre las que son bajas en emisiones de carbono y para las que de momento no hay una alternativa disponible”.

EN CONTRA

Este documento dará mucho que hablar entre la comunidad política y climática, y suscitará una gran polémica entre el movimiento climático. Y es que tal y como afirma el vicecanciller y ministro alemán de Economía y Protección del clima, Robert Habeck, “etiquetar la energía nuclear como sostenible es un error con esta tecnología de alto riesgo”.

Para él y otros líderes políticos ecologistas, la solución debería ser apostar por las instalaciones de generación de hidrógeno, un vector energético que proviene de fuentes renovables y con cero emisiones de CO2.

Y es que, aunque la energía nuclear no genere emisiones de CO2, supone algunos riesgos para el Planeta, la sociedad y el medio ambiente en general. Solo en necesario echar la vista atrás y revisar nuestra historia para darnos cuenta de ello. Desde que se empezaron a construir centrales nucleares en el mundo, ha habido 8 accidentes nucleares de una magnitud de 4 a 7 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (EIR).

Los accidentes de Fukushima en Japón, o el de Chérnobil en Ucrania, fueron considerados grandes desastres medioambientales que tuvieron graves consecuencias en los ecosistemas y poblaciones que vivían cerca del mismo. Muchas personas murieron debido a la radiación liberada por el accidente en el mismo momento o una semana después del accidente. Mientras que otros padecieron enfermedades y tumoraciones años después.

Además, es importante recordar que algunos lugares donde se produjeron los accidentes han sido declarados “inhabitables” debido a los altos niveles de radiación que aun permanecen en el ambiente. Según alertó Alexéi Yáblokov, el líder del Partido Verde en Rusia, “los territorios en un radio de 50 kilómetros en torno a Chernóbil no podrán ser habitados nunca”.

Sin embargo, uno de los temas que más preocupan al movimiento ecologista y que nos hace cuestionar si la energía nuclear es la mejor alternativa a los combustibles fósiles es “qué hacer con los residuos nucleares”.

Las centrales nucleares producen residuos durante su funcionamiento. Según Greenpeace, “la industria nuclear los ha continuado produciendo sin haber encontrado ninguna solución satisfactoria para su gestión”. De hecho, hasta la década de los 80, las compañías nucleares lanzaban los cubiletes radioactivos al mar.

En España, por ejemplo, la entidad ecologista lleva años denunciando las consecuencias del accidente de Palomares, en el que dos aviones militares de Estados Unidos colisionaron mientras realizaban una maniobra de repostaje de combustible en pleno vuelo cuando sobrevolaban la localidad almeriense.

Más de cincuenta años después, las tierras del municipio de Palomares continúan contaminadas y no se puede cultivar en ellas. Además, sigue existiendo cierta incertidumbre sobre los riesgos reales de este desastre para la población y el medio ambiente.

A FAVOR

Pero pese a estos problemas planteados por algunos grupos y líderes ecologistas, para otros líderes y políticos, apostar por la energía nuclear podría ser la única forma de alcanzar los objetivos de descarbonización pactados por la comunidad internacional.

Y es que la energía nuclear podría ser una fuente estable de suministro de energía capaz de desterrar definitivamente a los combustibles fósiles y de facilitar el despliegue de fuentes renovables intermitentes.

Debemos tener en cuenta que las energías renovables como la hidráulica, la solar o la eólica, dependen de elementos externos para generar energía. Mientras que la energía nuclear puede generar energía de manera constante.

Por este motivo, el Comisario europea de Mercado Interior, Thierry Breton aseguró a El País, que “cualquiera que diga que podemos conseguir cumplir los objetivos del Pacto Verde para 2050 sin energía nuclear, no está viendo la verdad, porque las cifras están aquí”.

Esta teoría es apoyada por algunos científicos y tecnócratas como Bill Gates. En su último libro “Cómo evitar el desastre climático”, asegura que el desafío de siglo XXI será hacer frente de manera sostenible a la creciente demanda de energía.

Tal y como señala Gates en su libro, en el futuro necesitaremos generar 2,5 veces más de electricidad. Algo que no podremos lograr solo con las fuentes de energía renovables y 100% limpias, debido a que su generación de energía es intermitente y depende de factores climatológicos.

En este sentido, Bill Gates aboga por la rápida instalación de la energía eólica y solar, pero, sobre todo, defiende la necesidad de apostar por la energía nuclear como la única forma para lograr una transición energética gradual y justa. Por este motivo, a través de su proyecto TerraPower, presentó una nueva remesa de centrales nucleares de cuarta generación, mucho más seguras, que no requieren de operarios y son capaces de producir energía a un bajo coste.

Pero pese a todo este convincente discurso, aún queda el handycap de los residuos: ¿es posible eliminarlos? ¿Dónde y cómo podemos guardarlos para reducir al máximo el riesgo para la sociedad?

Según la investigación publicada en la revista “Nature Minds”, las empresas deben buscar nuevos modelos de almacenamiento más seguros.

Es por eso que el sector trabaja en nuevos sistemas y Planes de almacenamiento para guardar este tipo de residuos. Debemos tener en cuenta que algunos desechos tendrán una vida media de aproximadamente 30 años, pero otros como el plutonio, pueden ser radioactivos durante decenas de miles de años.

Es por eso que se están llevando investigaciones y pruebas para el almacenaje de residuos bajo tierra o bien mediante el sistema de almacén temporal individualizado (ATI). Otros, han apostado por el almacenamiento en sarcófagos de hormigón y acero capaces de contener el material radioactivo en su interior.

Todos estos argumentos a favor y en contra de la energía nuclear pueden ayudaros a formar vuestra propia opinión sobre si es viable implementar la energía nuclear como alternativa a los combustibles fósiles.

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