El Departamento de Innovación Empresarial del Reino Unido ya calculó el año 2012 que el mercado sostenible global superó los 5 billones de dólares. Esto significa el 6,8% del PIB mundial. ¿Qué significa esto? Pues que, aunque las energías contaminantes continúan prevaleciendo en casi todos los países, queda patente que las energías verdes supondrían una gran empuje económico. Ganaríamos los ciudadanos, ganarían los empresarios y ganaría el planeta.

La Comisión Europea calcula que si se mejora un 30% la productividad a través de la economía verde, hasta el año 2030, se podría conseguir un 1% más al PIB comunitario y, además, se crearían 2 millones de puestos de trabajo 

Por lo tanto, viendo estos sorprendentes resultados, muchas empresas se están sumando a las energías verdes, sabiendo que ahorrarán, ganarán mucho más respecto de lo que invirtieron y, además, participarán en medidas positivas para el medio ambiente. Por ejemplo, sobre el Grupo Español por el Crecimiento Verde, una asociación creada para fomentar la colaboración público; si analizamos que forma parte de este grupo vemos como hay gran empresas de renombre mundial: Abertis, Acciona, BBVA, Alstom, Gas Natural, Telefónica, Banco Santander, Iberdrola, PwC, CaixaBank, Ferrovial, etc. Es evidente que, en gran medida, lo hacen por los grandes beneficios económicos. Aunque lleven a cabo estas actitudes sólo con fines económicos, hay que decir que todo el mundo gana.

¿Qué ejemplos podemos comprobar?

Ikea ya ha llegado a un acuerdo con Vibbo para vender sus productos de segunda mano y, por tanto, optar por la economía circular. Hay que decir que la empresa sueca se ha visto rodeada por algunos casos como la tala indiscriminada de árboles en el norte de Rusia. Ahora, después de las críticas, parece que quieren trabajar y cambiar las actitudes negativas del pasado. Para ello, Ikea se ha comprometido a llegar a 2040 utilizando sólo energías renovables.

Por otro lado, también vemos cómo Nike ha redibujado su imagen. Altamente criticados por la supuesta explotación laboral en países subdesarrollados (incluso niños y niñas), Nike trabaja para convertirse en una empresa 100% ZEO. Reduciendo sus emisiones un 18%, han visto cómo sus ingresos han subido casi un 50%. Asimismo, hay que decir que Nike trabaja en la reutilización de plástico, altamente contaminante. Su línea «Nike Grind» está creada a partir de zapatillas recicladas y botellas de plástico. De hecho, cada conjunto de equipación del Barça de la temporada 2017-2018, está construido a partir de16 botellas de plástico recicladas.

Otros ejemplos

En definitiva, como afirma el director del Instituto de Innovación Social de Esade, Ignasi Carreras, es cierto que estas iniciativas suponen una gran recompensa económica para las empresas. Pero, aunque lo hagan en beneficio propio, hay que reconocer que estas empresas ZEO suponen una enorme esperanza para el planeta.