Del Acuerdo de París a la Cumbre climática de Katowice (COP24): Los países deciden cómo pasar a la acción. Esperemos que sean muy ZEO.

Los países firmantes del Acuerdo de París (2015) llevan ya 10 días intentando ponerse de acuerdo en cómo lograrán mantener por debajo de 2º el crecimiento de la temperatura del planeta respecto a la era preindustrial. Son 197 partes en constante discordia: Algunos creen que es necesario reducir aún más el incremento de la temperatura (bajo 1,5º), otros consideran que los países más industrializados deberían aplicar mayores cambios –pues han sido los que han provocado el cambio climático-…

Cumbre climática de Katowice: ¿Habrá consenso para cumplir el Acuerdo de París?

En la cumbre climática de Katowice, la COP24, está en juego el futuro de la economía global y un cambio de paradigma en cuanto a nuestro modelo de obtención de energía. No es momento de dejar ganar al cambio climático. Los miembros de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático deben ponerse de acuerdo para ser más ZEO.

Los intereses nacionales deben ser dejados de lado por un objetivo común: Frenar el cambio climático. Se trata de un objetivo que solo se puede cumplir limitando las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los planos: Industrial, Transporte, Energía… Se deben establecer unas reglas comunes y compromisos concretos para conseguir que el crecimiento de la temperatura no supere los 2º respecto a la época industrial.

Hace 24 años que se celebra la COP y se discuten temas de sostenibilidad y de cómo ser más ZEO. Sin embargo según el último informe de Global Carbon Project las emisiones de CO2 no solo han crecido año tras año, sino que este 2018 crecerán un 2,7% consiguiendo los niveles de CO2 más altos en la historia de la humanidad – 37,1 gigatoneladas-. Y es que desde 1995, cuando los países se empezaron a reunir para debatir un cambio, las emisiones mundiales de CO2 han crecido un 57,14%. ¿Cómo puede ser?

Los países que más CO2 emiten son los menos comprometidos

Según el último informe de la Comisión Europea, China es el país con más emisiones de CO2. Pese a que el gran país asiático se comprometió hace años a iniciar una transición a las energías limpias en 2016 empezó a construir 120 centrales de carbón y ha aumentado sus emisiones de 9.705 a 9.839GT.

Por otra parte el presidente de EEUU, el segundo país que más emisiones de CO2 genera, decidió retirar el país de los Acuerdos de París el año pasado.  En su defecto, el presidente Bolsonaro en Brasil, séptimo país más contaminante del mundo, ya ha anunciado la no participación del país para la COP25.

España: Entre los países más comprometidos

No todo se ve de color negro en esta COP24. Esta gran cumbre del clima ha ratificado ciertos compromisos como los de la Unión Europea, el conglomerado más ZEO por el momento. En la sesión inaugural de esta COP24 los países de la UE expusieron sus nuevas reformas –energías renovables y transición en el sector transporte- que podrán conseguir una reducción del 40% de sus emisiones para 2030.

España se mostró muy ZEO exponiendo un adelanto de la Ley Española de Cambio Climático que quiere ir más allá de los objetivos fijados en los Acuerdos de París. Con estrategias a largo plazo, en 2050, España habrá reducido en un 90% sus emisiones de CO2 (respecto a 1990). Una de las nuevas medidas de esta ley es una Estrategia Nacional de Transición Justa que permitirá una transición ecológica justa a los colectivos más vulnerables – dedicados al sector minero o al carbón-.

Un informe elaborado por científicos de todo el mundo asegura que si es posible cumplir los objetivos de los Acuerdos de París

Para muchos fatalistas evitar el incremento de la temperatura a 2º parece misión imposible, una meta para la que hemos llegado demasiado tarde. Sin embargo para esta COP24, el IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) lanza un informe que asegura que limitar el aumento de la temperatura a 1,5º es posible. Aunque para ello, es casi obligatorio un cambio “global” en la forma en cómo funciona la humanidad.

No se valen promesas vagas sin números. Cada objetivo de cada país debe incluir una cifra exacta en cuanto a reducción de emisiones; Solo de esta manera es posible controlar si realmente se están consiguiendo estos objetivos o se quedarán en un intento sin mayor relevancia.